La adicción a las drogas es el verdadero azote de la sociedad moderna. La vida de la familia de un adicto, puede compararse fácilmente con el infierno. Es aterrador ver cómo esa persona que conoces y amas, poco a poco, se va consumiendo, hasta convertirse en un monstruo poseído.
Por otra parte, es muy difícil ayudarlo a deshacerse de la adicción. Cuando un adicto no quiere volver a la vida normal, es casi imposible mostrarle el camino hacia la luz.
La gente dice que deshacerse por completo de la adicción es una utopía, y que sólo unos pocos pueden salir de ese círculo vicioso, y volver a la vida normal. Si bien esto es difícil, pero no imposible…
A primera vista, Melissa Matos está bien. Ella es una mujer alegre y enérgica, y madre de dos encantadoras niñas. Sin embargo, recientemente, la protagonista de nuestro artículo reveló su lado oscuro, muy diferente…
Matos fue una ferviente adicta a las drogas, especialmente a la heroína. En aquellos días, sólo una persona de mente muy fuerte podía mirarla sin temblar. La cara hinchada y pálida, los ojos rojos, la mirada muerta, una masa de úlceras en la piel ¡Horror, sólo horror!
Durante mucho tiempo, Melissa fue esclava de los opiáceos. La mujer, que dependía de las agujas para todo, apenas salía de la casa, pasando día y noche drogada en el piso del baño. ¡Y todo esto pasó ante los ojos de sus desdichadas hijas!
A pesar de que, sinceramente, quería dejar las drogas, Matos no tenía la fuerza para hacerlo. Hubo momentos en los que pensó: «Sólo la muerte me salvará de la heroína». ¡De hecho, un drogadicto es más un muerto viviente, que un ser humano!
Al final, Matos logró abandonar ese hábito asesino. La mujer admitió honestamente que, sin el constante apoyo de su familia, podría volver a la heroína. Su marido, sus padres y sus hijas, fueron el ancla que la mantuvo de pie, para no rendirse de nuevo a las drogas.
Hoy, ha pasado más de un año y medio, desde que Matos probó la heroína por última vez. Los cambios que han tenido lugar durante este tiempo son increíbles. La zombi, pálida e hinchada, con numerosas úlceras en su piel, desapareció sin dejar rastro, y, en su lugar, quedó una Melissa saludable y feliz.
Esta ex drogadicta compartió voluntariamente su historia con la prensa. Ella espera que su ejemplo pueda ayudar a todo aquel que esté desesperado, y que ansíe retirarse de la dependencia. Ella demostró que sí se puede encontrar una luz en medio de la oscuridad…
Melissa ofreció su apoyo a todos los drogadictos desesperados por salir del círculo vicioso. Sólo el primer día, Matos recibió cientos de cartas escritas por personas que sufren de adicción.
Sin embargo, muchos dudan de la sinceridad de las palabras de Melissa. Dicen que los ex drogadictos no cambian, y que, tarde o temprano, la mujer necesariamente caerá y volverá a la heroína. ¡No obstante, tanto la familia de Matos, como la protagonista de este artículo, están firmemente convencidas de que esto nunca sucederá!
¿Qué piensas acerca de la historia de esta mujer, que se ha rescatado de la adicción a la heroína? Comparte tu opinión en los comentarios, y con tus amigos de las redes sociales.
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