Es innegable la comodidad de disponer en casa de un horno de microondas. ¡Los alimentos estarán listos en un abrir y cerrar de ojos! Pero, ¿te has detenido a pensar en cuál es el precio a pagar por esta comodidad? Estos modernos equipos electrodomésticos han sido acusados de eliminar valiosos nutrientes de los alimentos, e incluso, de provocar cáncer. Sigue con nosotros, y descubrirás si estas afirmaciones son certeras o no.
Los hornos de microondas funcionan gracias a un dispositivo llamado magnetrón, que transforma la energía eléctrica en energía electromagnética de onda corta. El sistema va dirigido, de forma selectiva, a las moléculas de agua contenidas en los alimentos, causando su vibración y liberación del calor. La idea de utilizar la energía electromagnética de onda corta para la cocción de alimentos surgió en 1946, tras la realización de uno de los experimentos con el radar militar Magnetrón, pero su uso doméstico solo se hizo realidad a partir del 1967.
Debes tener en cuenta que, independientemente de la vía que uses, al calentar la comida siempre se destruyen sus nutrientes, y que cada técnica altera, a su manera, el sabor y contenido nutricional de los alimentos. Todo depende de tres factores básicos: el tiempo, la temperatura y los niveles de humedad.
Por lo tanto, ¿de dónde surge la idea de que los hornos de microondas alteran el valor nutricional de los alimentos? Este tema se ha analizado científicamente en un estudio publicado en la revista Science of Food and Agriculture, que demostró que gran parte de los nutrientes del brócoli se destruian en el microondas. En este experimento, los investigadores no solo calentaron el vegetal, también agregaron agua a la mezcla, lo que empobreció aún más el contenido nutricional del alimento.
Otro estudio aporta más evidencia sobre la destrucción de los nutrientes cuando se añade el agua. Esta investigación observó como distintos métodos de cocción afectaban el valor nutricional y la capacidad antioxidante de 20 verduras diferentes. Se demostró que el proceso de hervir y cocinar a presión los alimentos provoca una mayor pérdida nutricional, mientras que los métodos en seco, como el horno eléctrico y el de microondas, retenían mayor cantidad de nutrientes.
Por tanto, existe poca evidencia que demuestre que el horno de microondas destruye los nutrientes de los alimentos, no obstante existen datos que sugieren que modifica el sabor, sobre todo porque es difícil obtener un alimento crujiente en un horno de microondas.
A pesar de que estos equipos electrodomésticos han sido fuertemente desacreditados, su popularidad no ha decaído, y hoy en día son muy utilizados. Su gran impacto en la sociedad se debe a su practicidad, no obstante, este horno de microondas resulta responsable de comidas blandas. Finalmente, tú puedes decidir sobre qué lado se inclina la balanza. Pero una cosa sí debe quedar clara: hoy por hoy, no existe evidencia de que el horno de microondas destruya el valor nutricional de los alimentos.
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