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¿Deben los padres sacrificar la comodidad por la felicidad de los hijos?

Vivir para uno mismo o existir por el bien de los hijos es una cuestión difícil de resolver para los padres. Es aún peor cuando los padres y las madres lo han conseguido todo con su propio trabajo, y sus herederos sólo sueñan con conseguirlo todo ya hecho.

En su novela «El idiota», Fiódor Dostoievski menciona ese concepto como «la insolencia de la ingenuidad». En la situación que describiremos en nuestro material, los hijos creen ingenuamente que los padres sacrificarán inmediatamente la comodidad por ellos. En este caso apenas es posible discernir el bien y el mal, sólo hay una retahíla de opiniones. El conflicto entre padres e hijos es el siguiente.

Vivir para uno mismo

«Mis padres tienen un piso enorme de dos habitaciones, y nuestro piso de una habitación es demasiado estrecho. Al principio había espacio suficiente, pero los niños crecían y el territorio libre era cada vez más pequeño. Pensábamos dar a cada niño una zona de espacio personal, pero la habitación se quedó tan estrecha que empezamos a pasar entre los muebles de lado.

Conseguimos el piso a buen precio y, desde el principio, vivir separados de nuestros padres parecía un sueño. Ahora los niños no tienen adónde ir. Al visitarnos, mi padre se dio cuenta de las condiciones de hacinamiento e incomodidad y sugirió que nos fuéramos a vivir con ellos, con la idea de alquilar este piso por dinero. Mi madre respondió con una firme negativa y mencionó «mi vida para mí sí cuenta».

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Razonar sin ofender

No discutí, porque a los padres no se les puede reeducar, como ellos decidieron, así será. Pero ¿por qué no nos planteamos intercambiar pisos? Mis hijos y yo estaríamos muy a gusto en un piso de tres habitaciones, y mi padre y mi madre podrían mudarse a un piso de una habitación.

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Pero hacen como que no entienden nada de las indirectas. No entiendo el sentido de eso de «vivir para uno mismo». Otros padres sólo viven por el bien de sus hijos y nietos, intentan simplificar su vida y de esta forma sólo son más felices.

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El resultado

Después de esta conversación, decidí ahorrar dinero y cambiar nuestro piso de un dormitorio por otro más grande. Por ahora podemos ser pacientes. Aun así, vivir apretados hace que la familia esté más unida. Espero que en el futuro podamos hacer realidad lo que hemos planeado y consigamos por fin un buen nido».

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Aunque desde fuera estas ofertas de intercambio de pisos parezcan risibles, y el «vivir para uno mismo» se esté convirtiendo en tendencia en la sociedad moderna, sigue habiendo un cierto mínimo que los padres pueden dar a sus hijos. Se trata de una crianza decente, educación y, si es posible, ayuda para encontrar trabajo. La compra de un piso independiente ya es un buen extra, pero dista mucho de ser obligatorio.

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Por supuesto, es demasiado cruel dejar que un hijo se vaya por los cuatro costados cuando cumpla 18 años, pero tampoco debería ser una opción sacrificar la propia comodidad. Sin embargo, cada cual tiene su propia opinión al respecto. Lo principal es ser padre o madre en el pleno sentido de la palabra, no sólo que te llamen así. ¿Tú qué opinas de esto?

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