Hablar sobre el tema «por debajo de la cintura», para muchas mujeres, es un total martirio, algo muy difícil e insuperable. Muchas lo evitan a toda costa y sienten vergüenza a la hora de hacer preguntas o pedir algo a su ginecólogo.
Pues en vano, ya que en la mayoría de los casos, el temor injustificado conduce a que la paciente, sencillamente, descuida los regulares exámenes médicos y, finalmente, Dios no lo quiera, puede convertirse en rehén de un diagnóstico desalentador.
En realidad, no hay que avergonzarse de este tipo de cosas. Como se dice, lo que es natural, no es vergonzoso…
La edition de ¡Qué pasada! te ofrece echarle un vistazo a lo que está pasando detrás de la puerta de ginecólogo. Estos 12 secretos no te contará ningún médico, pues acerca de estas cosas no es aceptado hablar en voz alta…
1. Las personas tienden a sentirse incómodos, cuando comentamos lo que hacemos durante un examen médico. Tenemos que explicar que somos médicos, y es nuestro trabajo. Sin embargo, al contrario, hay algunas personas, a quien les gusta cuando comentamos todos los detalles. Básicamente, se trata de personas muy extrañas.
2. Nuestro trabajo es peligroso y difícil. A veces, nos toca hacer frente a las cosas, vergonzosas para describir, sin mencionar olores desagradables y diversas lesiones.
3. ¡Nuestro trabajo requiere de una voluntad de acero! No puedes mostrar que te sientes embarazoso, cuando, por ejemplo, el paciente se desnuda, y notas que debajo de su ropa no hay ropa interior, o por ejemplo, dentro de sus calzoncillos tiene puesto un pañal. Cualquier cosa puede pasar…
4. Después de un tiempo, dejas de sonrojarte ante la vista de los genitales.
5. A veces, esos mismos lugares albergan cosas más inesperadas. Los creadores de «50 tonos de gris» se quedaron cortos, en comparación con nuestra realidad día a día…
6. Algunas pacientes no acuden a un ginecólogo por un largo tiempo, puramente por pena. El resultado – un diagnóstico lamentable. Por lo tanto, no debes retrasar el examen médico sin razón.
7. A veces nos toca examinar a las colegas.
8. La erección en los hombres, durante un examen médico, aunque rara vez, pero sí ocurre.
9. No podemos ayudarte totalmente, si no eres honesta con nosotros. Para hacer un diagnóstico, a veces, tenemos que saber qué estabas haciendo y con quién.
10. A menudo, tenemos que tratar a las personas que fueron abandonadas por su pareja. En esos momentos, tenemos que actuar como un empático psicólogo…
11. Muchos de nuestros pacientes son menores de edad. A veces, sucede que nos vemos obligados a llamar a sus padres.
12. A menudo, después de todo lo visto y escuchado, comienzas a dudar de la fidelidad de tu compañero.
Los ginecólogos son humanos, igual que todos nosotros, así que no tienes que sonrojarte ni sentir vergüenza durante un examen de rutina. No dudes en ponerte en contacto con ellos, en busca de ayuda. Es su trabajo – explorar los lugares más secretos del cuerpo humano.
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