Hollywood a menudo va demasiado lejos, tratando de exponer la realidad estadounidense ante el mundo, como si de un sueño se tratase. Por lo general, los eventos tienen lugar en algún espacio entre los áticos y rascacielos, o entre filas de idénticas casas, ordenadas con total simetría y sin vallas. En cuanto a este último aspecto, la imagen es totalmente coherente con la realidad.
Si bien muchos no entendemos cómo es posible que en Estados Unidos no se considere necesario cercar con vallas una propiedad (cuanto más alto el cercado, mejor), lo cierto es que los residentes de ese país tienen una opinión completamente diferente al respecto.
Primero, debemos comprender la diferencia de mentalidad. En los Estados Unidos, el concepto de «propiedad privada» tiene mucho peso, y se honra no menos que el espacio personal. Todo ciudadano sabe que su propiedad está protegida por el Estado y, en ese caso, él mismo tiene derecho a protegerla.
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Pero esto es solo un pequeño detalle. Las ciudades americanas están compuestas por barrios, que se dividen según el nivel de ingresos de las familias que residen allí. Los urbanistas crean vecindarios de docenas de parcelas idénticas, de modo que la venta a un precio específico esté disponible para una clase específica.
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Cada una de estas áreas tiene sus propias regulaciones. Cuando te mudas a una nueva casa, firmas una serie de documentos que definen estrictamente cómo debe verse tu propiedad. A veces, se llega al punto de lo absurdo, por ejemplo, la altura del césped está claramente indicada.
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Todas estas restricciones las determinan los propios residentes en las juntas generales. Por lo tanto, se puede prohibir la construcción de vallas o determinar su altura máxima, así como el color de las casas, o de qué lado instalar el aire acondicionado, etc. Todo esto se hace para que la zona luzca atractiva y homogénea, y el precio de los inmuebles no baje.
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También existen requisitos de los servicios públicos, que pueden verificar los medidores sin molestar a los propietarios. Además, las vallas interfieren con el trabajo de la policía, médicos y bomberos, que siempre deben tener libre acceso a la casa.
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Por supuesto, hay áreas donde sí se instalan vallas. Todo depende nuevamente del precio de Bienes Raíces y de las personas que vivan allí. Pero hay un lugar donde todo el mundo tiene vallas: el patio trasero. Allí tiene lugar el entretenimiento familiar, se seca la ropa y suceden cosas puramente privadas.
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Las personas que prefieren una mayor libertad de expresión buscan una mejor vivienda en áreas menos lujosas. Por otro lado, la sociedad prefiere vivir en un lugar lindo, limpio y bien cuidado por su cuenta, esto se puede respetar.
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