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Madre le da el pecho a su hija

Desnuda en la bañera, esta madre amamanta a su hija… ¡Esta foto causó furor en las redes sociales!

En las redes sociales abundan las imágenes de mujeres promotoras del fitness, quienes aun después de haber tenido cinco hijos, fueron capaces de recuperar fácilmente su forma anterior después del parto, a través de intensos entrenamientos.

Sin embargo, no todas las madres son capaces de perder peso, a pocos meses de haber dado a luz, y no necesariamente a causa de la pereza, o por negarse a los ejercicios físicos.

Nuestra protagonista de hoy es Amy Waller, una joven madre de cuatro niños, de 26 años de edad, residente de Leeds, Yorkshire. Ella no dudó en postear fotografías suyas en las redes sociales, donde amamanta, desnuda en la bañera, a su pequeña hija Alice, que en ese momento tenía sólo 12 semanas.

La mujer lo hizo para apoyar a todas las mamás, a las que, al igual que ella, les ha sido difícil deshacerse del exceso de peso.

Amy comparte sus impresiones: «Me parece que me veo horrible en esta foto, tengo estiramiento y el vientre grande… ¡Pero la gente, en los comentarios bajo las fotos, ha escrito que esto es lo mejor que han visto en la vida!».

«Ahora no me importa cómo luce mi cuerpo. Este cuerpo le dio la vida a mi hija, así que tiene sentido que tenga el vientre colgando».

«Di a luz a mi bebé hace sólo 12 semanas. El cuerpo femenino puede soportar mucho, pero, desafortunadamente, yo no soy una súper mujer. Este es un proceso natural, y así es como me veo. Ojalá esto pueda inspirar a otras mujeres a admirar su cuerpo».

«Muchas mamás han publicado fotos personales tomadas durante la lactancia materna. Ninguna de nosotras es perfecta. Lo principal es que las mujeres se miren y acepten a sí mismas tal y como son….

Nuestros cuerpos son poderosos y hermosos».

«A pesar de la presión social ejercida por otros, cada madre debe darse cuenta de que su cuerpo ha creado un milagro: ¡Una nueva vida!».

La instantánea publicada por Amy Waller en su página, es una especie de celebración a la vida, pues, de pequeña, Alice sufrió de ictericia, y con frecuencia tuvo que ser tratada con antibióticos.

Amy Waller nunca se rindió. Tres meses después, continuó alimentando a su hija.

«Entre Alice y yo hay una conexión fantástica. Ella siente mi presencia a distancia. Si oye que entro en la habitación, sus ojos se iluminan», dice Amy.

«En la fotografía, ella me mira y sonríe. ¡Es la mejor sensación del mundo! Soy una fuente de caricias para ella, de amor y cuidado, así como de leche. De mi cuerpo obtiene todo lo que necesita».

Cada madre tiene el derecho de decidirse a sí misma, luchar contra la obesidad y sentirse cómoda con su cuerpo. Pero, todo a su tiempo… ¡Lo primero, y principal, es disfrutar del divino regalo de la maternidad! ¿Qué piensas de esto? Comparte tus impresiones en los comentarios, y con tus amigos de las redes sociales…

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