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Inspiradoras historias de amor. Sí, sí, existe

Todo el mundo sueña con encontrar a su alma gemela. Esa persona con la que quieres vivir el resto de tu vida. Y cada flechazo es como decir: «Aquí está, el elegido». Pero luego todo se esfuma y vuelve a empezar.

Las estadísticas dicen que antes de encontrar el amor verdadero, una persona se enamora unas 7 veces. Al mismo tiempo, las posibilidades de vivir una vida feliz junto al primer amado no son tan pequeñas: alrededor del 40%. En otras palabras, 2 de cada 5 hombres se casan con su primer gran amor.

Pero los indicadores estadísticos son sólo números que no tienen nada que ver con los sentimientos reales. Mas hoy hemos encontrado para ti 8 inspiradoras historias cortas sobre el amor.

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1. En ese momento me di cuenta de lo mucho que hay que querer a las mujeres. Me encuentro con una extraña abuela en un pasaje subterráneo con dos bolsas de la compra y, como una persona educada, la ayudo a subirlas. Me da las gracias y, un poco avergonzada, me pide que la acompañe al patio más cercano. Resulta que tenía prisa por llegar cuanto antes, porque su marido siempre va a su encuentro.

El abuelo, casi ciego, atraviesa lentamente el patio para reunirse con su amada y llevar a casa las pesadas bolsas de comida. Involuntariamente recordaba cómo rechazaba quedar con una chica de la tienda o del tren, simplemente porque era perezoso.

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2. Se descubrió una caja de cartas en el suelo de un piso de San Petersburgo. Una tal Anna escribía a Ivan cómo sobrevivían con sus hijos en la ciudad sitiada. Las líneas de la última carta eran memorables: «Te estamos esperando, Vanechka. No puedo escribir más, me he quedado sin lápiz. Pero pensaremos en ti. Y tú piensa. Mira al cielo y piensa en nosotros».

3. Cuando era joven, me diagnosticaron infertilidad. Salí con una chica durante un año y medio, tenía miedo de contarle mi problema, pero cuando se enteró de todo… me dejó. Estuve preocupado durante un año. Hubo relaciones fugaces que no aportaron nada.

Hace un par de meses conocí a una chica, me enamoré perdidamente. Ayer decidí contarle lo de la infertilidad. Estaba preparado para cualquier eventualidad. Pero ella me miró y me dijo: «En el futuro, puedes acoger a un niño de un orfanato…».. Pronto nos casaremos.

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4. Mamá tiene problemas de corazón. Cuando mi padre se va una semana de viaje de negocios, vengo al piso y paso tiempo en casa. Ayer estábamos sentados, esperando a mi padre, y aún no había llegado. Mamá está sentada, preocupada: pálida, delgada y guapa. A primera vista parece tan tranquila como la Reina de las Nieves, pero le tiemblan las manos.

Y entonces la cerradura hace clic y entra mi padre. Mamá se acerca a él, se aferra a su abrigo cubierto de escarcha, llora, murmura algo inaudible. Él la abraza con fuerza y yo me quedo sonriendo. Su amor es la mejor medicina para ella.

5. Conocí a un chico por Skype. Inteligente, culto, divertido, educado. Además, de aspecto agradable. Largas conversaciones en línea, lánguidas confesiones. Pero tenía miedo de venir. Fui a visitarle a mil kilómetros de distancia. Resultó que era minusválido, no podía andar. Pasamos tres meses juntos, pronto nos casaremos. Para mí, es el mejor. ¡Mi profesor!

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6. Cuando tenía 18 años, descubrí que tenía un pequeño tumor cerebral. Pensé que todo había terminado: cáncer y muerte rápida, ¿cómo si no? Le dije a mi novio que lo entendía todo y que no me ofendería si lo dejaba. Pero él insistió: «No lo dejaré, eso es todo». Ni siquiera quiso hablar del tema.

Resulta que el tumor es benigno. Ahora tengo 21 años. Llevamos dos años juntos, criando una hija. Nunca olvidaré su apoyo en aquel año terrible.

7. Recuerdo que, siendo estudiante, vine a Kiev desde una ciudad del sur en febrero para una sesión. Incluso en aquella época, a finales del invierno, hacía calor. Y tontamente llegué a los exámenes con un abrigo ligero y zapatos de tacón de aguja. Y la capital me recibió al día siguiente con auténtico tiempo de febrero: nieve y 26 grados de escarcha.

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Fui a la academia y pensé: «Dios, ¿qué voy a hacer aquí durante tres semanas con semejante helada?». Llego a la entrada y allí me recibe mi marido (que ya está en el cielo) con una bolsa. Por aquel entonces nadie había visto teléfonos móviles. Le pregunto: «¿Cómo es que estás aquí?». Me responde: «He mirado la previsión del tiempo, he hecho la maleta con ropa de abrigo, he cogido un tren y he venido a verte».

8. Salí con un chico durante un año y medio. Una vez fui sola a la pista de patinaje y me rompí una pierna. Por la noche me llamó y me dijo que vendría un par de días. Le contesté que tenía que ir al médico a hacerme radiografías, que tenía una pierna rota… Y desapareció. Simplemente desapareció.

Un año después, conocí a un joven. Un par de semanas después, me resfrié. Me envolví en tres jerseys en casa. Lo llamé, le dije que estaba enferma, que lo vería pronto, cuando estuviera curada…

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Un par de horas más tarde, suena el timbre. Él está de pie con una bolsa pesada, dice: «La ambulancia está aquí». Caldo de pollo, miel, limones. Un verdadero sanador.

Llevamos juntos 6 años, y el otro tipo sigue llamando y quiere volver conmigo.

Estas historias demuestran que el amor es real, y no está en los libros ni en las telenovelas de la pantalla de televisión. Lo crean millones de parejas corrientes, sobre las que no se escriben libros ni películas. Nace en las relaciones de personas que no sólo saben recibir, sino también dar. Que cuidan de sus seres queridos tanto como de sí mismos.

¿Tal vez tengas historias de amor que quieras contar? Entonces sé valiente y escríbelas en los comentarios.
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