Hoy en día, el caldo de huesos no es un plato muy frecuente en nuestras mesas. Habitualmente, si queremos preparar un caldo, lo hacemos de pollo. Pero hoy ¡Qué pasada! te propone recordar las tradiciones y preparar el caldo que solían hacer nuestras abuelas.
Tal vez, no hay necesidad de señalar lo beneficioso que es el caldo de huesos para la salud. Aunque parezca un plato sencillo, es rico en aminoácidos importantes que no deberían faltar en el menú de cualquier persona.
Beneficios del caldo de huesos
Primeramente, el caldo de huesos contribuye a la curación de heridas, por eso con frecuencia se prescribe a los pacientes después de las operaciones. Los aminoácidos aceleran la recuperación de los tejidos. Es también una comida indespensable para un organismo creciente.
Segundo, el magnesio, calcio y fósforo, contenidos en el caldo, fortalecerán tus huesos. Por eso, es beneficioso comer caldo a cualquier edad, sobre todo porque se digiere y se aprovecha a la perfección.
Tercero, el caldo de huesos contiene gelatina que mejora el estado de la mucosa del intestino, y en particular, del estómago, garantizando la buena digestión.
Cuarto, el caldo de huesos ayudará a retirar las toxinas, favoreciendo el funcionamiento del hígado. Así que es recomendable consumir el caldo en caso de intoxicación.
Quinto, el caldo de huesos contiene glicinas que aseguran el alto contenido de hierro en la sangre, lo que previene la anemia y mejora la circulación de sangre en el cuerpo. Los niveles altos de hemoglobina están garantizados.
¡Y ésta no es la lista completa! El caldo puede ser tanto un plato separado como servir de base para diferentes sopas, guisos y salsas. Recuerda que es una comida baja en calorías — contiene tan solo 15 –20 kilocalorías por 1 litro.
Cómo preparar un caldo perfecto
- ¡Lava bien los huesos, antes de cocinarlos!
- Antes de hervir los huesos, hornéalos un poco.
- Pica los huesos, antes de echarles el agua fría.
- En cuanto el caldo comience a hervir, inmediatamente baja el fuego y quita la espuma y el exceso de grasa que se ha formado.
- Es importante no dejar que el caldo hierva con demasiada fuerza.
- La cocción dura aproximadamente 3 horas. Una hora y media antes de que esté listo, agrégale hierbas aromáticas a tu gusto. Una media hora antes de finalizar, échale sal.
Si le añades la carne al caldo, será igual de provechoso. Esto se aplica también al caldo de pescado. En fin, si tienes problemas de digestión o simplemente sientes la debilidad general, el caldo de huesos será el mejor remedio. ¡Dos tazas de caldo al día, harán que te sientas mucho mejor!
Ahora imagínate, cuántos platos puedes preparar sobre la base de caldo de huesos: ¡Caldo de pan tostado, raviolis, albóndigas, fideos, hortalizas y aún con tortilla! Las ideas culinarias son verdaderamente inagotables. Por eso, no dudes en compartir esta información con tus amigos, para que también conozcan la receta del caldo ideal.
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