La explosión, que tuvo lugar el pasado 3 de abril, en una sección del metro de San Petersburgo, Rusia, se cobró la vida de 14 personas, y el número total de víctimas supera las cincuenta. Sin embargo, a pesar de todo, de los horrores de ese día podemos aprender algo bueno.
Un Adagio bien conocido dice: «En las desgracias se conocen los amigos». Así es, solo en las situaciones de emergencia las personas suelen mostrar a su verdadero yo. ¡Y los habitantes de San Petersburgo han sabido mostrar su mejor parte!
El ataque arruinó las vidas, no sólo de los amigos y familiares de las víctimas. ¡Debido al cierre del metro, miles de personas no pudieron llegar a sus casas, o simplemente tuvieron que dar un rodeo en otro tipo de transporte! Y teniendo en cuenta que la temporada invernal está en su apogeo… ¡El frío y el viento, sumados a tan deprimente situación, son motivo más que suficiente para entrar en pánico!
A pocas horas de haber sucedido el ataque, cuando el número de víctimas aumentaba inexorablemente, el tiempo se tornaba más gris, y la esperanza de los ciudadanos caía en picada, una luz surgió de entre las tinieblas: ¡Los propietarios de automóviles comenzaron a ayudar a las personas, llevándolas a sus hogares!
¡Al principio, sólo se trataba de gestos aislados de buena voluntad, pero muy pronto se transformó en un verdadero sistema! Las redes sociales hicieron su parte, con el #llévame a casa, gracias a lo cual, muchos taxistas comenzaron a marcar sus destinos en el mapa, con las peticiones de los necesitados.
Es más, muchos se ofrecieron a darle alojamiento a quienes no podían llegar a casa. Un par de horas después de la desafortunada explosión, en las redes sociales se podía leer: ¡Quien se haya quedado atascado en el centro, que escriba, que azúcar y té siempre hay!
He aquí lo que escribió Zinaida Lobanova, la columnista de «Komsomolskaya Pravda»:«Hoy fue un día muy difícil para mí, nací y crecí en Leningrado, eso está impreso en mis documentos. Pero, precisamente hoy tuve un día lindo. ¡Puse tantos «me gusta», que ya no pude contar! En nuestro siglo, cuando casi nadie cercano te dice siquiera «Hola», otras personas completamente extrañas, simples desconocidos, te ofrecen algo más valioso: abrigo y pan, justo cuando más lo necesitas.»
Quisiera darle gracias a todos los residentes de San Petersburgo. Lo que hicieron fue mucho más que ayudar a los necesitados. ¡Hoy restablecieron un poco la fe en la humanidad! Comparte este post con tus amigos, para que conozcan como reaccionó la población de San Petersburgo, ante el atentado del pasado 3 de abril…
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