El aumento de la flexibilidad del cuerpo — uno de mis ejercicios favoritos. Está comprobado que el estiramiento de alta calidad, unido a los ejercicios de flexibilidad, fortalece los músculos del cuerpo mejor, incluso, que el trabajo con las pesas en el gimnasio. Esta práctica simple, originaria del Tíbet, le da un gran resultado a quien la practica. Y lo mejor de todo es que necesitas gastar en esta actividad solo 10 minutos de tu precioso tiempo al día. El notable fortalecimiento de los músculos se producirá ya después de 2 semanas de entrenamiento activo.
Otra ventaja: los ejercicios tibetanos son muy suaves y accesibles ¡incluso para los ancianos! No habrá lesiones, ni dolores musculares, incluso si vas a tratar de realizar los ejercicios con el máximo esfuerzo. Tal vez, este es el secreto de los monjes tibetanos para mantenerse jóvenes…
Los ejercicios hay que realizarlos en la mañana — es cuando se obtiene la mayor eficacia posible. Comienza con 7 repeticiones, aumentándolas gradualmente a 20.
1. Acuéstate en el suelo boca abajo. Levántate lenta y gradualmente, tirando hacia atrás los músculos del cuello. Mantén los brazos rectos, apoyándote en ellos. Sostén la posición estirada por unos instantes, baja lentamente hacia el suelo.
2. Siéntate, estira las piernas delante de tu cuerpo. Las manos y los pies en el suelo, tratando de mantener el torso lo más recto posible. La cabeza debe estar al nivel de los hombros, levántala un poco. Respira profundamente, exhalando cuando se produce la relajación muscular.
3. Ubícate de rodillas, con los dedos de los pies tocando el suelo. Pon las manos sobre los muslos y tira la cabeza en alto, la espalda erguida. Cuanto más te estires, es mejor. Regresa despacio a la posición original, mantén la respiración suave, pausada y profunda.
4. Acuéstate en el suelo, estira los brazos a lo largo del cuerpo. Aspira, levanta la cabeza del suelo, manteniendo la barbilla pegada al pecho. Levanta las piernas estirándolas, asegúrate de que tus rodillas estén al mismo nivel. Exhala lentamente, bajando la cabeza y los pies al suelo. Trata de respirar profundamente.
5. Estira los brazos horizontalmente hacia ambos lados, las palmas hacia abajo. Asegúrate de que tus brazos estén al nivel de los hombros. Los pies sostenlos ligeramente separados. En esta posición, haz movimientos circulares con la espalda, a favor de las manecillas del reloj. Tal vez te sientas un poco mareo, pero si te quedas mirando de frente, este efecto desaparecerá rápidamente.
Para hacer estos ejercicios, no se necesita un entrenamiento físico especial. Usando esta técnica tibetana, te puedes entrenar fácilmente, incluso si estás presentando problemas de salud. La juventud significa flexibilidad y movimiento. Preserva tu flexibilidad natural y mejórala mediante esta práctica. El flujo de sangre hacia los músculos te mantendrá siempre tonificado y enérgico, ¡a cualquier edad!
Comparte estos importantes ejercicios tibetanos con tus amigos, de seguro querrán probarlos.
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