Cuando la gente ve a Abby e Isabelle Carlson por primera vez, ni se imaginan cuán únicas son estas chicas. A las pequeñas, como a todos de su edad, les gusta divertirse, ir a la escuela, jugar con los amigos. Pero hace diez años, sus vidas estaban amenazadas, porque las niñas nacieron… unidas por el abdomen.
Los doctores de la Clínica Mayo, en Rochester, Minnesota, tomaron una decisión muy riesgosa, confirmando que las niñas podían ser divididas. Y como era la única posibilidad de que las bebés sobrevivieran y tuvieran una vida normal, los padres accedieron a tan arriesgada operación.
El personal del hospital, bajo la dirección del Dr. Christopher, realizaron una serie de consultas con cardiólogos, anestesiólogos y cirujanos, antes de la operación. Finalmente, el 12 de mayo de 2006, se llevó a cabo una operación de 12 horas. La intervención fue tan exitosa que, ya dos semanas después, los padres pudieron llevarse a las niñas a casa.
Diez años después, las chicas se ven saludables y activas. Hacen gimnasia, van a la escuela, donde tienen muchos amigos. Las gemelas también muestran una individualidad soprendente. Las niñas se disgustan cuando se habla de ellas en plural.
Por supuesto, las chicas no recuerdan cuando eran una sola persona. Pero los periodistas y la familia se lo recuerdan constantemente. Abby y Isabelle también tienen colgantes, cada uno de los cuales dice «Uno en un millón».
Las niñas también admiten que, a pesar de que las separaron, la conexión entre ellas no se roto. A menudo, notan que piensan en las mismas cosas y entienden la una a la otra, sin muchas palabras.
Al final, nos gustaría desearles mucha salud a las niñas. ¡Que la peligrosa «aventura» que experimentaron en la niñez, sea la única en sus vidas!
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