Majestuosa Grecia – la Patria de los Juegos Olímpicos. La historia de esta espectacular competición se remonta hasta ¡casi tres mil años atrás en el tiempo! Sin embargo, a diferencia de la antigua Grecia, para los griegos en la modernidad, quedan muy pocas razones para sentirse orgullosos de sus Juegos Olímpicos. En 2004 en Atenas, se celebraron los vigésimo octavos Juegos Olímpicos, y apenas 11 años después, las instalaciones deportivas, junto con la Villa Olímpica, se convirtieron en auténticas ruinas.
La preparación para los Juegos Olímpicos costó al gobierno griego una inmensidad de dinero. Según algunas estimaciones, los costos totales ascendieron a más de $16 mil millones de dólares. Los principales costos cayeron sobre los hombros de los contribuyentes, mientras que los inversores no tenían prisa en invertir en la construcción de instalaciones deportivas de estrecho perfil.
Ha pasado tan solo una década, y las instalaciones deportivas ultramodernas resultaron innecesarias. Ahora en este lugar se puede filmar películas sobre pueblos fantasmas. Una gran cantidad de dinero fue desperdiciada por gusto. El triste ejemplo de los Juegos Olímpicos de Atenas enfría el ardor de otros países, deseosos de organizar los Juegos Olímpicos en su patio, y también hace pensar a aquellos que ya han sido la sede de los más grandes eventos del deporte en la actualidad.
La cancha de voleibol de playa, ocupada por las malas hierbas.
Después de los Juegos Olímpicos, planeaban convertirlo en un escenario para conciertos, pero desde entonces se ha celebrado una sola actuación. La Ganadora de Eurovisión, Helena Paparizou, actuó aquí en 2005.
Zonas de entrenamiento se convirtieron poco a poco en una selva.
La Villa Olímpica se convirtió en un verdadero pueblo fantasma.
Alrededor reina la desolación…
2.300 locales donde se hospedaban los atletas, y no muy contentos con el confort, que digamos, se planeaba convertirlos en un barrio residencial. Estos planes no llegaron a concretarse.
La imagen de los escombros, flotando en la piscina, hunde en la depresión.
Alrededor, las malas hierbas y las cercas oxidadas…
Ahora en la piscina nadan, si acaso, las ranas.
Los metales no ferrosos y todas las cosas de algún valor fueron robados.
No hace mucho tiempo atrás, aquí compitían los mejores atletas del mundo.
La entrada a la antigua Villa Olímpica se parece más a la entrada a una zona restringida.
El estadio de softbol, convirtido en un páramo.
En Europa, son pocos los que se interesan en el softbol, y ahora también lo eliminaron del programa de los Juegos Olímpicos.
El terreno de béisbol no se ve mejor que el de softbol.
Las instalaciones deportivas no le interesan a nadie.
Parte de los asientos fue destrozada por actos vandálicos.
Las instalaciones deportivas, completamente alienadas.
Los restos de la pantalla se agitan al viento, como la vela de un barco fantasma.
Este canal de remo y canotaje se consideraba uno de los mejores del mundo.
Ahora, este singular edificio está completamente abandonado.
¿Quién reconocería en este pantano a la ultramoderna instalación de competiciones acuáticas?
Bastó solo una década para llevar a esta tribuna ¡a un estado de ruinas de antigüedad!
Esta pantalla electrónica funcionó solo un par de semanas.
La pantalla de información, cerca del canal de remo, quebrada totalmente.
Como recuerdo de la grandeza de antaño, solo quedan fragmentos de tablas con símbolos olímpicos.
En la piscina de salto, ahora solo puede saltar si acaso los suicidas…
Por supuesto, en estas consecuencias trágicas ha influido una combinación de muchos factores. El principal de ellos fue – la falta del plan para el uso de instalaciones deportivas después de las Olimpiadas. Esperemos que la lección griega sea aprendida por otros países y no vuelva repetirse en el futuro… Si también te quedaste impresionado por la desolación de las instalaciones olímpicas en Atenas, comparte este post con tus amigos.
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