No es ningún secreto que, cuando deseamos proyectar una buena impresión, todos nos esforzamos en cuidar los buenos modales. La verdad es que no solo son el reflejo de nuestra educación, también facilitan una mejor comunicación con las personas y el medio que nos rodea. Claro, existen situaciones donde no es necesario ser tan estricto. Cuando estás solo o en una reunión poco formal entre amigos, no tienes por qué evitar responder una llamada o acompañar tu taza de té con cucharitas especiales de postre. Pero cuando te encuentras en una cena de negocios o en el trabajo, aquí sí entran en juego las indiscutibles normas del buen comportamiento. Pero debes tener en cuenta que el objetivo principal de seguir las reglas no debe convertirse en tratar por todos los medios de agradarle a alguien, es importante no confundir estos aspectos, y no olvides que todo debe hacerse en buena medida. ¡No hay que exagerar!
Quepasada.cc te propone a recordar algunas de las reglas básicas de buenos modales que te serán muy útiles para dejar una buena impresión en cualquier ocasión.
En un restaurante
1. El hombre muestra la caballerosidad al abrir la puerta, deja que la mujer entre primero, luego le ayuda a quitarse el abrigo. Si ya tienen una mesa reservada, es él, el que debe preguntar cuál es y guiar hasta ahí a su acompañante.
2. Reírse de forma muy ruidosa, arrastrar la silla, hablar en tono alto y fijarse en otras personas con insistencia se considera ofensivo.
3. La regla más valiosa: quien invita, paga. Pero si la mesa no está reservada con anterioridad, y deciden «vamos a comer», significa que cada cual debe pagar lo suyo. Por lo que es importante que cuentes con tu propia cartera y comuniques al mesero con tiempo, que les traiga cuentas por separado, para evitar la desagradable situación de cerrar la cena con el broche de oro y calculadora en mano.
4. Si tu invitado es quien insiste en pagar la cuenta, no le contradigas. Es más educado asentir y permitir que sea él, el que te invite la comida.
En una mesa
1. No muchos podemos presumir del conocimiento de todos los cubiertos de la mesa y de su uso. La verdad es que eso es absolutamente comprensible y perdonable, por lo que no debes sentir ningún tipo de complejo. Al encontrarte en un restaurante, recuerda que te van a proporcionar solo los cubiertos necesarios para el platillo que pediste.
Por tanto, no hay razón alguna de ponerse tenso y arruinar una buena noche. Recuerda que estás ahí para pasar un momento agradable, no para demostrar tus conocimientos en un concurso de cubiertos de mesa. Y si acaso te confundes, no temas de pedirle ayuda al mesero. No hay nada de vergonzoso en ello.
2. ¡Quita tu móvil de la mesa! Se ve más vergonzoso cuando un empresario trata de darle soluciones a sus problemas en medio de un restaurante. En primer lugar, se ve mal. En segundo lugar, recuerda: los que están a tu alrededor pagan por pasar un buen rato, no para saber de tus problemas en el negocio.
3. Preocúpate por ser puntual en tus citas. Si tardas mucho, dejarás una mala imagen de ti. Si utilizas como justificación el tráfico atascado, no será algo que convenza ni será apropiado. El tiempo máximo aceptable para tardar es de 15 minutos, y si por casualidad te demoras más, es mejor que hagas el uso del teléfono y des una explicación de la situación. Si mucho antes de la hora de la cita ya sabes que puedes llegar tarde, no debes esperar hasta el último minuto, avisa con tiempo.
La conversación
1. Ventilar tus asuntos personales, relaciones laborales, problemas de los hijos, enfermedades, preocupaciones, costumbres o gustos — no es un tema para hablarlo con cualquiera. Una persona bien educada lo dejará para compartir solo con las personas muy cercanas y amigas.
2. Los asuntos que no te conciernen se consideran los chismes. Recuérdalo.
3. Más que hablar, es importante saber escuchar. Esto no significa que tienes que quedarte callado. Muéstrale interés hacia tu interlocutor y, de vez en cuando, hazle réplicas, para demostrar que atiendes la conversación.
4. Sé cortés, no debes interrumpir el relato de la persona con la que estás conversando, incluso si ya lo habías escuchado en varias ocasiones.
De visita
1. Ya se sabe lo importante que es evitar la llegada tarde, pero llegar temprano, en ocasiones, puede ser aún peor. Evita hacerlo, pues podrías poner en aprietos a los anfitriones en el momento cuando estén acomodando las mesas o elaborando la cena.
2. Lleva a tus hijos contigo solo si fuiste invitado con ellos. Los padres somos muy amorosos con nuestros pequeños, pero debemos abstenernos de entretener a los presentes con ellos. Según reglas clásicas de la etiqueta, el invitado puede llevar a un familiar o a un amigo, si éste en ese momento estuviera de visita en su casa. Sin embargo, en tal caso debes avisarle a los anfitriones con anticipación.
3. No se ve bien rechazar la comida cuando te encuentras de visita, debes aceptar lo que te ofrecen con buen semblante y sin titubeo. Aquella persona que sigue una dieta estricta, siempre tiene opción de consumir una porción más pequeña o simplemente dejarla en el plato. Pero debe cuidarse de no atormentar a los que están a su lado con sus dificultades alimenticias o su desprecio hacia algunos platillos.
Estrechar la mano
1. Es muy común que, después de cerrar el negocio con un buen trato, ambas partes se estrechen las manos.
2. Estando entre personas desconocidas, puedes estrecharles las manos, cuando te presenten a los invitados.
3. En una entrevista de trabajo, es admisible estrechar la mano de tu futuro jefe.
4. En un evento de carácter social, cuando te invitan al escenario para hacerte entrega de algún premio, es usual estrechar la mano.
Las puertas
1. Es habitual que, cuando te dejan pasar, sencillamente pasas y ya. La persona invitada siempre entra primero. Pero si con el invitado también viene una mujer, ella es la que debe pasar primero. Igual, cuando tienes que mostrar el inmueble donde vives o la oficina en la que trabajas, a una persona respetable, al encontrarte frente varias puertas, debes primero abrir la puerta, dejar pasar al invitado, y luego apresurarte un poco para llegar a la siguiente puerta, y abrir aquella puerta, y así sucesivamente.
2. Si llegas a la entrada de una tienda o establecimiento, primero debes dejar que salgan las personas que están por salir y luego entras. De esta forma impides que se amontonen la gente dentro del edificio.
3. Si ves una puerta compuesta por dos hojas: la mujer debe ir delante, agarrar la manilla de la parte derecha y jalar la puerta, el hombre que va detrás debe aguantar la puerta abierta, mientras la mujer pasa. La parte izquierda de la puerta debe quedar libre, a disposición de personas que viajan en dirección opuesta.
Las escaleras, el escalador, el elevador
1. Hace algún tiempo se pensaba que el hombre, al ascender las escaleras junto con una mujer, debía adelantarse a ella. En la actualidad el orden se ha modificado levemente: es justificable que el hombre vaya delante de la dama, solo si entiende que hay peligro, por ejemplo, si la escalera está oscura, empinada o sin firmeza. Si no hubiese tal cosa, la dama debe ir delante.
2. En las grandes edificaciones con elevadores automáticos: el hombre que se encuentre más cerca del panel de botones, debe preguntar a los demás (especialmente a las mujeres) qué número de piso necesitan y presionar los botones. Por su puesto, en un elevador sobresaturado esta regla, a veces, no funciona. Primeras dejan salir a las mujeres.
En el transporte público
1. Es una cuestión de tacto y cortesía para los jóvenes, no ocupar los asientos en presencia de personas de la tercera edad, mujeres embarazadas o con pequeños de pie. Es importante recordarlo.
2. Un hombre educado toma asiento solo en el caso cuando no haya ninguna mujer mayor de pie cerca de él, una conocida o una mujer que cargue una bolsa pesada.
3. Una mujer puede ceder su lugar a un hombre, cuando éste sea mucho mayor que ella o tenga algún impedimento físico, en el caso de que los puestos asignados para los impedidos estuvieran ya ocupados.
4. Si una mujer va acompañada de un hombre, él debe avanzar y adelantarse facilitándole el camino, y bajar primero para ayudarla al salir.
En una tienda
1. Cuando estés de compras, trata de no aburrir al cajero con tus caprichos y un prolongado titubeo que le haga perder tiempo.
2. Al aproximarte a la caja, trata de tener preparado el monto que vas a necesitar para efectuar la compra, evitando perder el tiempo, buscándolo en la cartera o en tus bolsillos a última hora.
3. Es de mal gusto ponerse a contar el cambio o mostrar una actitud perezosa en el momento del pago. Vivimos una vida que nos exige tomar decisiones rápidas y bien definidas. Tu tiempo vale una fortuna, valora también el de los demás.
Si te pareció importante recordar estas valiosas reglas de buenos modales, no olvides de compartirlas con tus amigos, tal vez las encontrarán muy útiles, para alguna ocasión.
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