¿Quién no se ha levantado en la mañana y ha descubierto una mucosidad seca en los extremos de sus ojos? Las personas le llaman de diferentes maneras: legañas, pitanas, escamas, e incluso jejenes oculares.
Por lo general, las legañas no causan molestias y no son un motivo para acudir al médico. Sin embargo, algunas personas se sienten inseguras ante su presencia. Por esta razón, ¡Qué pasada! ha decidido investigar un poco sobre la causa de su aparición, y si representan algún peligro para la salud.
Para responder a la pregunta: ¿Qué son esas extrañas escamas y de dónde vienen?, primero tienes que familiarizarte con la estructura del ojo humano. En muchos mamíferos terrestres, incluyendo al ser humano, el globo ocular se recubre con la película lagrimal de tres capas.
La primera capa tiene una consistencia mucosa que recubre la córnea. Consiste en polisacáridos de moco, diseñados para unirse y retener la humedad, permitiendo una distribución uniforme de la segunda capa.
La segunda capa es una solución a base de agua, más conocida como lágrima. Aunque el espesor de esta capa mide sólo unas pocas micras, lleva a cabo muchas funciones importantes: oxigena y mantiene constantemente hidratado al ojo, elimina las células muertas de la piel y el polvo, y también evita las infecciones.
La tercera capa se compone de una sustancia oleosa. Gracias a ella, la solución de lágrimas se retiene en la superficie del ojo y no se seca. Esta es la capa responsable de que cada mañana aparezcan las tan temidas legañas.
La sustancia contenida en la tercera capa de la película lagrimal se produce gracias a las glándulas de Meibomio, que recibieron su nombre en honor a su descubridor, el médico alemán Heinrich Meibom. A temperatura normal del cuerpo, esta sustancia tiene una consistencia líquida aceitosa, y es completamente transparente. Sin embargo, al reducirse la temperatura, comienza a espesarse.
Mientras dormimos, nuestra temperatura corporal se reduce ligeramente, y esta sustancia comienza a secarse en las esquinas de los ojos.
Además, el sueño relaja el tono muscular en los canales de las glándulas secretoras, razón por la cual la secreción es más abundante durante la noche. Así que ya sabes… ¡Esta mucosidad es normal, no te alarmes!
Los médicos dicen que no hay nada de malo en encontrar por la mañana una pequeña cantidad de mucosidad seca en los ojos. Pero si llega a ser muy abundante y molesta, se recomienda consultar a un especialista, pues podría tratarse de una infección ocular.
Resulta que las legañas realizan una función muy importante. Comparte este post con tus amigos para que no se alarmen cada vez que descubran un poco de mucosidad seca en las comisuras de sus ojos.
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