Hace relativamente poco tiempo, aparecieron en nuestras vidas las lámparas de bajo consumo, cómodas y económicas. Indudablemente, tienen varias ventajas sobre las lámparas convencionales: la duración del uso, el costo, la ausencia de elementos incandescentes.
Lámparas económicas
Sin embargo, pocas personas saben que las lámparas ahorradoras son extremadamente perjudiciales para nuestra salud. Sucede que están hechas de forma muy peculiar: su principal fuente de luz es una sustancia especial – luminofor, que se distribuye por la pared interna de los tubos.
A menudo, estas fuentes de luz tienen forma de un tubo o una serpiente. El interior de la lámpara se llena de vapor de mercurio y un gas inerte – argón. Bajo la influencia de la electricidad, los vapores de mercurio comienzan a emitir radiación ultravioleta, la cual, a su vez, estimula el luminifor para producir reslpandor.
Los elementos de estas lámparas de bajo consumo fueron estudiados cuidadosamente por Dieter Kunz, un profesor alemán, jefe del departamento de estudios del sueño, del hospital St. Hedwig en Berlín. Se llevó a cabo una serie de investigaciones, cuyos resultados concluyeron en que la luz fría, emitida por estas luces, causa una variedad de trastornos del sueño.
También el profesor Kunz cree que las bombillas económicas afectan negativamente a todo el cuerpo. «Su uso frecuente puede conducir a una variedad de patologías, que van desde la disfunción del tracto digestivo y terminando con enfermedades cardiovasculares, incluyendo infarto de miocardio, trastornos psiquiátricos y la depresión.
Pero lo más importante es que las personas que realizan trabajos por turnos, tienen un mayor riesgo de enfermedades tumorales, y esto se aplica a todas las formas de tumores, conocidas por la medicina».
También es importante tener en cuenta que las lámparas ahorradoras constituyen la fuente de radiación electromagnética de radiofrecuencia. Esta es otra razón más para abandonar el uso de este tipo de lámparas.
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