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Pareja adopta una niña es Siberia

La pareja adoptó a una niña en un orfanato siberiano. Pronto, descubrieron que algo no iba bien…

La adopción de huérfanos desafortunados es un asunto bien difícil y muy delicado. Y es que apartar todas las secuelas de la infancia solitaria no es tarea fácil, y lleva muchas horas de trabajo, por parte de la familia y los educadores.

Tina y Ricky, nuestros protagonistas de hoy, hace 14 años adoptaron a una pequeña niña llamada Julia. Al regresar a su hogar siberiano en compañía de su hija adoptiva, la pareja nunca imaginó los trances que tendrían que superar en su camino hacia una familia feliz…

Las primeras señas del problema aparecieron de inmediato. Julia era una niña muy apática e indiferente. Nunca expresó el deseo de abrazar a su nueva madre, ni trató de mirar a sus padres adoptivos a los ojos, y respondía a todas las manifestaciones de amor con indiferencia.

Al principio, los cónyuges pensaron que todo esfuerzo era en vano, y que, simplemente, no podían hacer frente a su papel como tutores (padres adoptivos). Sin embargo, más tarde, ambos se dieron cuenta de que el problema era mucho más profundo de lo que sospechaban.

Cada año que pasaba, Julia se recluía más y más en sí misma. Sus padres deseaban que la niña tuviera alguien con quien comunicarse, por lo que contrataron a una enfermera educadora para ella. Pero, la chica se comportó tan indiferente con ella, como con sus padres.

El problema se agravó cuando la pequeña fue llevada al jardín de infantes. La niña se negó a establecer cualquier conexión con los educadores y compañeros. Ella podía comunicarse normalmente con otros niños y adultos, pero no quería establecer vínculos con nadie, y a menudo se portaba con bastante frialdad.

En esos años, a Tina la acosó constantemente la depresión. Por la noche, la mujer sollozaba en la almohada, tratando de comprender cuáles eran sus errores. Ella se culpaba constantemente, pensando que había cometido algún desliz, o si había lastimado la psiquis de la pequeña, y causado algún trauma psicológico…

Un médico, a quien la señora se le acercó, le explicó que el problema no estaba en los años pasados con la pareja, sino en un trastorno psicológico, que acompañaba a la niña desde su infancia temprana. Sin embargo, la madre adoptiva no quiso escuchar la opinión del especialista, ni creerlo…

Tina solo comprendió las palabras del médico cuando Julia tuvo que ser sacada del jardín de infantes. La criatura se comportaba de manera repugnante, y atacaba constantemente a los otros niños. Los maestros estaban muy preocupados.

La niña sufría de un trastorno de apego reactivo de la infancia. Este problema es típico de los niños que no tuvieron contacto emocional cercano con sus padres. Esto ocurre a edades muy temprana, y la consecuencia de tal trastorno puede repercutir durante toda su vida.

El temor y el estado de alerta, el evite de lazos emocionales cercanos, las dificultades en la comunicación y la agresión, todos estos síntomas eran muy familiares para los padres adoptivos de Julia.

Una vez que el problema reveló su verdadera identidad, Tina y Ricky Traster comenzaron a luchar por la recuperación de su hija. Y sí, la batalla duró muchos años, pero, al final, el amor de la pareja superó todas las barreras, y hoy por fin son una familia feliz…

Más tarde, Tina Traster escribió el libro: «Rescuing Julia Twice», donde contó al mundo todas las dificultades que conlleva criar a un niño con un trastorno de apego reactivo. A juzgar por los comentarios, el trabajo de la madre adoptiva de Julia ayudó a muchos niños, y logró restablecer la paz en miles de familias.

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