Vivimos en los tiempos bastante difíciles. La mayoría de las personas solo se preocupan por sí mismos y viven en su propio mundo, sin prestar atención a los problemas de los demás. Imagina que de pronto, a los ojos de todos, se esté muriendo una persona, ¿cuántas serían las personas que se dispondrían a echarle la mano?
Los hermanos Mohammed y Etiam, en un estudio acerca de las cualidades humanas, realizaron un brillante experimento social. Su hermano menor, Omar, accedió a desempeñar el papel de un adolescente sin hogar, apenas vestido, en pleno invierno, que estaba pidiendo ayuda en las calles de Nueva York. Mohammed y Etiam, al mismo tiempo, colocaron cámaras ocultas, para filmar la reacción de los transeúntes.
Según los autores del video, ese día la temperatura se redujo a 5 grados Fahrenheit, que no es más ni menos que ¡15°C bajo cero! El muchacho llevaba solo un pulover y pantalones vaqueros rasgados, pero ninguno de los que pasaban por allí acudió en su ayuda. Incluso cuando, totalmente desesperado, trató de envolverse en una bolsa de plástico, para conservar de alguna manera el calor, todos seguían de lado con indiferencia…
En resumen, expuesto al frío, Omar pasó cerca de ¡dos largas horas! ¡Y ninguno de los transeúntes se detuvo siquiera para preguntarle qué le había sucedido!
Finalmente, en ayuda del medio congelado muchachito vino un ángel… sin alas… y sin hogar. Le dio al chico su chaqueta y todo el poco dinero que traía encima, para que el niño pudiera ir a algún sitio para comer y calentarse. Los «sin hogar» saben de primera mano y mejor que nadie, lo importante y lo valiosa que es una ayuda en el momento crítico. Por eso, no dudan en ayudar y rescatar a otros que estén en la misma situación.
Apenas la persona sin hogar ayudó al muchacho, se le acercaron Mohammed y Etiam. Le revelaron la esencia de su experimento y recompensaron a este buen hombre por su bondad. Tal vez, este video pueda parecer a muchos demasiado exagerado, pero su mensaje está muy claro. En auxilio de otras personas, por lo general y entre primeros, vienen los que también necesitan ayuda. Los que conocen en carne propia la falta de apoyo en momentos de apuro, se sensibilizan más rápido con las desgracias ajenas.
Es impresionante, que a pesar de desarrollo y espectaculares logros de nuestra humanidad, los tiempos que nos han tocado vivir no se diferencian mucho de los tiempos de la «ley de la jungla». Si este vídeo ha tocado las fibras sensibles de tu corazón, no dudes en compartirlo con tus amigos.
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