Justo el otro día, la pareja de Brian y Georgie Hall del condado inglés de Suffolk publicaron en las redes un terrible mensaje. Los padres preocupados advirtieron a padres y madres de todo el mundo sobre el monstruoso peligro. El hijo mayor de la pareja, Oliver, sufrió una infección mortal.
El niño literalmente fue consumido en apenas 24 horas frente a los ojos de los atónitos padres. Los doctores del hospital, donde fue internado el niño de seis años, lucharon duramente por su vida, pero… perdieron la batalla contra la muerte. Ahora Brian y Georgie les advierten a los padres de todo el mundo: no repitan nuestros errores, de lo contrario será demasiado tarde.
El pequeño Oliver era un niño sociable y curioso. Jugaba en el teatro de la escuela, le gustaba pelearse con su hermano menor, y era la alegría de los corazones de sus padres. Sin embargo, la meningitis de tipo B en un día convirtió al niño en un enfermo momificado. Al tomar la última foto, Brian y Georgie sabían que su hijo ya estaba condenado.
Ahora el padre y la madre de Oliver les piden a todos los padres del mundo que protejan a sus hijos de la mortal enfermedad. En su Gran Bretaña natal, la vacuna contra la meningitis se ha convertido en obligatoria desde 2015. Pero solo cubre a bebés de hasta un año. Para niños mayores, el programa estatal está cerrado.
Los bebés como Oliver, solo pueden recibir su ciclo de vacuna de modo particular – en clínicas privadas y hospitales en algunas universidades.
El precio de la pregunta es de 280 dólares. Desafortunadamente, no todos los padres entienden cuán peligrosa es la infección meningocócica para su hijo.
En un año en el Reino Unido, hay cerca de 3200 casos de meningitis. Cada décimo de los enfermos abandona la vida, y cada tercer sobreviviente queda discapacitado. Sordera, amputación de extremidades, trastornos intelectuales, parálisis completa y parcial: esas solo son algunas de las graves consecuencias, incluso para aquellos que podrían lidiar con la enfermedad.
El caso de Oliver no se puede llamar único. Hay otra historia de un niño que falleció rápidamente por esta insidiosa infección. A causa de esto, los padres de Oliver organizaron un fondo de caridad que lleva el nombre de su hijo. Quieren hacer todo lo posible para garantizar que la terrible enfermedad no mate más a ningún niño.
Además, la pareja quiere que el gobierno tenga una reacción. Exigen que las autoridades establezcan cupos de vacunación para los niños mayores de un año. Solo queda desear que la iniciativa de los padres en duelo sea coronada con éxito.
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