Otra especie más en peligro inminente de extinción… Los fenómenas que impactan al entorno viviente de nuestro planeta, siguen en aumento. Y el año en curso no ha sido una excepción, el número de estas especies sigue incrementando. La destrucción del hábitat, el cambio implacable del clima, la propagación de microorganismos oportunistas, favorecidos por el cambio del entorno… son solo unas de las tantas causas y consecuencias que empujan a nuestro planeta al borde de una catástrofe ecológica. Quepasada.cc ha traído este trágico relato de los hechos, ocurridos en la primavera del 2015, en las áridas praderas de Kazajstán.
Este insólito suceso ocurrió en los días finales de mayo. Un grupo de ecologistas, entre ellos el geoecologista Steffen Zuther, llegaron a Kazajstán para hacer un monitoreo de rutina y observar el parto de un rebaño de saigas, un tipo de antílope de aspecto único, que se encuentra en peligro crítico de extinción. Ya para ese entonces se venía reportando, por parte de los especialistas veterinarios del área, la muerte de algunos ejemplares.
Fue escalofriante la noticia de que solo en 4 días toda una manada, compuesta por 60,000 ejemplares — había muerto. Al momento de este trágico suceso, y mientras todo el personal especializado trataba a toda costa de detener las muertes, llegaba la noticia del deceso de estos animales tambien en otras manadas, a lo largo de las praderas del país. Para los primeros días de junio, las muertes masivas se detuvieron, de la misma forma abrupta como empezaron.
Un tiempo después, las investigaciones han dado algunas pistas de lo que pudo haber causado la muerte tan rápida de aproximadamente la mitad de las saigas del país — cifradas en unos 257,000 ejemplares en 2014. Las bacterias evidentemente tuvieron un peso importante en el fallecimiento de estos animales. Pero saber concretamente cómo fue que estos microbios, normalmente inofensivos, pudieran diezmar tantas vidas en tan poco tiempo, aún sigue siendo es un misterio.
«El alcance de éstas muertes, y la velocidad con que se esparcieron a lo largo de toda manada en parición, la forma en que acabaron estos animales, jamás había visto algo así en otra especie», — afirmó Zuther.
Las saigas juegan un rol importantísimo en el buen funcionamiento del ecosistema de las áridas praderas esteparias de Kasajstán, donde los helados inviernos impiden que las plantas caídas se descompongan. El pastoreo de este tipo de antílopes favorece la descomposición de la materia orgánica, reciclando los nutrientes dentro del ecosistema e impidiendo incendios forestales, favorecidos por el exceso de hojas secas en el suelo. A la vez, estos animales forman parte de una cadena alimenticia, al constituir el alimento de los depredadores esteparios.
Gracias a que, en esta ocasión, los investigadores estaban presentes en el momento de los hechos, se pudo recoger algunas muestras de los tejidos de los animales muertos y del entorno circundante. Dentro de los tejidos de los animales caídos fueron encontradas toxinas, producidas por las bacterias llamadas Pasteurella y posiblemente Cloristidia, cuya acción provoca el sangrado extremo en casi todos los órganos del animal. Lo cierto es que precisamente esta bacteria normalmente se encuentra presente en el cuerpo de los rumiantes, sin causar daño. Por lo que la verdadera causa de la muerte de estos animales sigue siendo un misterio para los expertos.
Esperemos que las investigaciones sean fructíferas y se logre identificar la verdadera causa de la muerte de estos antílopes, para que en un futuro se pueda prevenir otra catástrofe de tal magnitud. Comparte esta conmovedora noticia con tus amistades. ¡Uniremos nuestros esfuerzos para conservar la vida y el entorno de nuestro bello planeta!
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