Si eres de los que piensan que un buen príncipe de caballo blanco solo existe en cuentos de hadas, y que un generoso mago llega en helicóptero azul a ver a su amada solo en canciones infantiles, estás equivocado. Hoy la edición ¡Qué pasada! te contará una historia que ocurrió realmente y no hace mucho en los Estados Unidos.
En uno de los canales locales de televisión, hay un programa, un reality show muy popular que se llama «El socio» (en ingles «The Profit»). El quid de la cuestión es que, en cada episodio, el millonario Marcus Lemonis ofrece ayuda, invirtiendo su propio dinero, a pequeñas empresas al borde del colapso.
Esta vez, la heroína del programa fueTami Forbes, gerente de una pequeña tienda. En los Estados Unidos, es habitual ver que una sola persona realiza varias funciones en el trabajo. Así, sobre los hombros deTami recaían quehaceres desde la contabilidad hasta la limpieza de la tienda. Súmale a esto que la mujer está embarazada, y en casa le esperan sus dos gemelos de 8 meses de edad.
Para alimentar a su familia, Tami continúa trabajando de camarera por la noche. Al mismo tiempo, la mujer recibe sólo $ 300 por semana, que en los EE.UU. se considera un sueldo catastróficamente pequeño, apenas suficiente para sobrevivir.
Antes de que la mujer saliera de licencia de maternidad, Lemonis decidió ayudarle a la tenaz embarazada. Incrementó el personal de la tienda con unos empleados más, dejando a Tami sólo las funciones de control directo. Por otra parte, Marcus aumentó su salario hasta 1000 dólares a la semana y se comprometió a pagar los 6 meses de su licencia.
«¡Esto significa mucho para mí! Saber que, al regreso, voy a tener sueldo suficiente no sólo para vivir, también para guardar un poco. ¡Muchas gracias por eso!» — entre lágrimas, agradece al millonario Tami.
No hay palabras, es un ejemplo perfecto de cómo los empresarios deberían valorar a sus empleados diligentes y aplicados. Un trabajador honesto y decente no se encuentra tan fácilmente. Marcus explica que esta acción no es un acto de caridad, sino los auténticos fundamentos de un buen negocio. A trabajadores dedicados y responsables como Tami, hay que cuidarlos como a la pupila de un ojo, y encargarse de que no trabajen hasta el desgaste.
Curiosamente, ¿en tu región habrá ocurrido algo como esto? Si conoces de estos actos de generosidad sin precedentes, escríbelos sin falta en los comentarios. Y no te olvides de compartir este artículo con tus amigos de las redes sociales.
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