Esta historia tuvo lugar en la ciudad de Ningbo, China, en 2012. Un guardia encontró al niño abandonado en el parque de la ciudad, y junto a él, una nota pidiendo que cuidaran del bebé. La nota relataba sobre el hecho de que el niño era sordo, y su familia – demasiado pobre para hacerse cargo de él. El chico tenía solo unas semanas de haber nacido…
El pequeñín fue a parar a un refugio, donde permaneció durante casi 2 años, hasta que la estadounidense Molly Sano decidió adoptar al niño abandonado. A ella y su marido, les costó un enorme esfuerzo realizar todos los procedimientos necesarios, y sólo el 2 de octubre de 2014, la pareja obtuvo el permiso para ir a China, para recoger al niño.
El pequeño reaccionó a los nuevos padres muy bien, se sentía como si entendiera que a partir de ahora tendría a alguien que cuidaría de él. «Fue amor a primera vista!» – cuenta Molly. Así el chico llegó a América, donde la nueva madre le dio el nombre de Bennet.
Por suerte del destino, el chico abandonado cayó en buenas manos: Molly resultó ser una experta en el lenguaje de signos, ya que su marido también es sordo. Como resultado, tres meses más tarde, Bennet aprendió algunos gestos y se unió al mundo de la comunicación.
Sin embargo, muy pronto los médicos dictaron al bebé un diagnóstico decepcionante: el síndrome de Usher, que afecta no sólo la capacidad de oir, sino también la visión. De acuerdo con las previsiones de los médicos, después de algún tiempo Bennet podría quedar completamente ciego…
Al saber esto, Molly decidió encontrar a los padres biológicos Bennett, para que pudiera ver a su verdadera madre… antes de quedar ciego para siempre. La mujer logró encontrar el número de teléfono de la clínica de trastornos de la audición en Ningbo, a donde supuestamente se había dirigido el padre del niño.
Y en enero de 2016, Molly con su marido y Bennett ya estaban de visita en China. Se las arreglaron para encontrar a los padres del niño y acordaron reunirse con ellos. La reunión fue feliz y triste al mismo tiempo. La verdadera madre de Bennett intentó explicar que no tenía otra opción.
El encuentro reveló que el niño abandonado tiene un hermano mayor y una hermana. Los padres de Bennett se vieron obligados a renunciar a su hijo más pequeño, debido a la ley china, que prohibe tener más de dos hijos. De otra manera, la familia tendría que pagar una multa enorme.
Ellos estaban felices, al saber que el niño llegara a una buena familia y recibiera el cuidado adecuado. En conclusión, las dos madres, por turno abrazaron al pequeño Bennett varias veces…
El destino del pequeño abandonado, no es realmente el único. En China, los padres a menudo tienen que renunciar a los niños, a causa de la situación demográfica, viéndose forzados a acatar esta legislación. Creemos que, de hecho, el niño chino tuvo suerte. ¿Qué opinas?
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