Brianna Bond, esta pequeñita estadounidence, toda su vida ha sufrido burlas por sus compañeros de la clase. La llamaban gorda, rechoncha, por ser la más voluminosa entre sus coetáneos. Sin embargo, los nombretes no le ponían sin razón.
Cuando Brianna entró al primer grado, pesaba 45 kg, y a sus nueve años, ¡la pesa había alcanzado la marca de 84! La razón de esta situación estaba en la falta de ejercicios y la alimentación rica en calorías, hidratos de carbono y grasas, que siempre había en exceso en la casa de los Bond. Los buenos padres no se limitaban en manjares para su hija, y esto hecho la ha llevado a un alto grado de obesidad.
En algun momento, sus padres se dieron cuenta del peligro que corría Brianna. Después de todo, el exceso de peso se volvió perjudicial para la salud de la niña. Afortunadamente, reaccionaron a tiempo. Primeramente, la inscribieron en las clases de natación, con la esperanza de que esto le ayudara a perder peso, pero el esfuerzo no dio ningún resultado. Entonces, se decidió que probara correr y hacer caminatas.
Durante las vacaciones de Navidad, toda la familia Bonds hacía paseos en el parque siguiendo una ruta de 6 kilómetros, alternando caminatas con carreras ligeras. Una semana más tarde, ya se vieron los primeros resultados: ¡Brianna perdió tres kilogramos! Aunque el éxito era apenas perceptible, animó a los padres a seguir luchando por la salud de su hija.
Desde entonces, los padres han dejado de sentir pena por Brianna y apoyar sus preferencias culinarias. En cambio, la pareja se trasladó a la política de «amor cruel», como ellos mismos llamaron apropiadamente su nueva posición.
Ahora, la familia Bond ha revisado por completo su menú. Los alimentos grasos y los productos con alto contenido de azúcar se han reducido al mínimo. Además, todos los miembros de la familia, incluyendo a Brianna y su hermano más joven, comenzaron a diario hacer una carrera en el parque por la ruta ya conocida.
Para la niña, correr se convirtió en un infierno viviente. Primera reacción de Brianna fue odiar a sus padres por obligarla a practicar deporte! Pero muy pronto la chica se dio cuenta de que todo esto se hacía por su propio bien.
Brianna perdía peso prácticamente por días. ¡Durante un año fue capaz de perder 30 kilogramos! Por otra parte, un nuevo estilo de vida ejerció un impacto positivo sobre el estado físico de la chica. A partir de entonces, las clases de educación física ya dejaron de ser un trabajo forzado para ella. Comenzó a jugar, gustosamente, al baloncesto y otros juegos al aire libre.
A sus once años Brianna ya pesaba 36 kilogramos. ¡Se ha convertido en una verdadera estrella de su clase! Ahora ninguno de sus compañeros se atreven a burlarse de ella. Ejemplo de Brianna es admirable, y si también te pareció interesante la historia de esta chica, no dudes en compartir este post con tus amistades.
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