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Hombre murió de cáncer en la cabeza

Esta viuda, con tristeza, miraba las fotos de su boda. De repente, algo extraño llamó su atención…

Emma y Justin Cotillard, de Gran Bretaña, se sentían muy felices y afortunados: Acababan de casarse y, durante dos meses, iban a viajar por el mundo, disfrutando de la vida, y de su nuevo estatus de recién casados. Nunca imaginaron que su vida estaba a punto de cambiar, pero en sentido contrario…

Una mañana, algo extraño sucedió: cuando Emma entró a la habitación, Justin le gritó que se fuera. Él, simplemente, no reconoció a su esposa, quien, desde hacía siete meses, llevaba en su vientre a su futuro hijo.

Así terminó la luna de miel. La pareja inmediatamente regresó a casa, y se encaminó al hospital. Los exámenes revelaron una realidad impactante: Justin sufría del tumor más agresivo y mortal del cerebro. Los doctores dijeron que, incluso después de una exitosa operación y quimioterapia, el hombre solo podría sobrevivir por un máximo de 2 años.

Debido al estrés, Emma dio a luz unas cinco semanas antes. Con el parto, todo salió bien, y ese mismo día, Justin comenzó a hacer quimioterapia.

Apenas 4 meses después, se le diagnosticó que el tumor había crecido, y había hecho metátesis. ¡Fue el cáncer más agresivo, que los médicos conocieron en los últimos 10 años de práctica! En octubre del año 2015, los doctores dijeron que Justin no sobreviviría por más de dos semanas, y se les aconsejó regresar a casa.

Sin embargo, contrariamente a las previsiones, Justin pudo vivir otros 7 meses, e incluso celebró su trigésimo cumpleaños. Antes de su muerte, él quiso ver a su querida hija por última vez, pero la niña tenía varicela, y no la podían traer. Cuando finalmente le dijeron que Mía estaba en camino, él, regocijándose de que su nena estaba sana, murió.

Después de la muerte de su marido, Emma comenzó a dedicar todo su tiempo y esfuerzo a varias organizaciones, en pos de la lucha contra el cáncer. Ella desea ayudar a que tantas personas como fuera posible, logren sobrevivir a esta penosa enfermedad, pues, cuanto antes se detecte el padecimiento, mejores son las probabilidades de supervivencia.

La viuda dijo que, incluso antes de la boda, había notado un comportamiento extraño de Justin, un indicio de su enfermedad. Por aquel entonces, todo fue achacado a los nervios y a la emoción por la proximidad de la fecha. Pero, al mirar las fotografías de la boda, notó que una de las mejillas de su marido estaba un poco flácida, otro signo de la enfermedad.

Sólo podemos esperar que Emma ayude a mucha gente a detectar las señales de esta peligrosa enfermedad, con suficiente tiempo como para hacerle frente con éxito. ¡Recuerda que el cuerpo siempre grita por ayuda, solo hay que saber escucharlo!

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