Para toda futura mamá, que su pequeño bebé llegue al mundo antes de tiempo, es una preocupación latente, que no cesa hasta el momento de dar a luz. Las mujeres embarazadas tratan de no pensar en las posibles complicaciones, pero, a veces, el destino no se puede evitar.
Así le sucedió a nuestra protagonista de hoy. Cuando en el año 2001, Jamil Jackson llevaba en su vientre al pequeño Zachary, esperaba que su bebé tuviera un nacimiento normal, y a su debido tiempo. Por desgracia, el bebé abandonó su cálida posición en el útero maternal demasiado temprano. ¡La infeliz mujer ni siquiera sabía que tan desafortunada situación podría ayudar a todas las mamás en el mundo!
En el momento del nacimiento, el chico pesó solamente 900 gramos. Es por eso que, los primeros 155 días de su vida, Zachary los pasó en el departamento de cuidados neonatales. ¡Jamil trató todo ese tiempo de no apartarse de su hijo!
Pero, como es lógico, ella no podía permanecer todo el tiempo al lado del bebé, y una noche tuvo que salir del hospital. Esta situación resultaba un poco engorrosa, pues, en presencia de la madre, el niño se sentía mucho mejor. Jamil decidida a, de una vez por todas, resolver el problema, pronto encontró una salida muy curiosa.
La solución le llegó a la mujer, mientras lavaba los platos con jabón. Al echarle un vistazo a los guantes de goma, la madre entendió perfectamente qué era lo que le faltaba al bebé.
La madre tomó un guantelete o manopla de tela, y se lo colocó, para que absorbiera su olor y calor. Con él cubrió al niño.
Desde entonces, cada vez que salía del hospital, la madre simplemente colocaba a Zachary en el guantelete. El bebé no tuvo problemas, ni palpitaciones, ni de respiración… ¡El resultado superó todas sus expectativas!
La recuperación del pequeño iba viento en popa, y poco después fue dado de alta. ¡Pero, antes de abandonar el hospital, la madre repentinamente fue llamada por las enfermeras!
Le pidieron a la mujer que hiciera unos cuantos guantes, fruto de su imaginación, para poder ayudar a otros niños en el área de cuidados neonatales. Jamil aceptó su propuesta. ¡Pronto, la madre de Zachary literalmente fue colmada con pedidos!
En la actualidad los guantes «Zacky» están en constante demanda entre las mujeres próximas a dar a luz. Estas inusuales almohadas fueron nombradas así en honor al primer bebé en utilizarlas, imagínate tú. Los doctores están convencidos de que esta invención realmente ayuda a los niños a sentirse seguros y confortables.
Cuando un bebé duerme en estos guantes, se reduce en varias veces el número de señales de socorro respiratorio. ¡En el tiempo desde el nacimiento de Zachary, los guantes que llevan su nombre han salvado a docenas de bebés prematuros!
¿Una historia interesante, verdad? ¡Compártela con tus amigos, y con toda mamá que espera la llegada de su mayor tesoro! Siempre es bueno echarle una mano al destino…
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