El nombre del Dr. Sigmund Freud ya desde hace tiempo se ha ganado su lugar en el lenguaje común. Es el autor de la doctrina que subordina todas nuestras acciones y reacciones bajo la dirección del subconsciente, el mismo que es inevitablemente guiado por los instintos más primitivos. Durante la vida del severo austriaco, su teoría fue constantemente revisada y criticada, en un intento de comprobarla, por sus irónicos y avispados seguidores.
Por ejemplo, una vez, los discípulos de Freud expresaron una broma acerca de la pasión de su mentor por los cigarros largos. Sigmund no se amilanó y respondió a los insolentes jóvenes que el cigarro en este caso es sólo un simple cigarro y nada más. Cada imagen de este artículo que hoy presenta ¡Qué pasada!, es exactamente el mismo caso. Sin embargo, las asociaciones que crea nuestro cerebro acerca de cada foto, no son precisamente las más impecables.
Cabe preguntarse si el padre del psicoanálisis tenía razón, después de todo…
Una foto perfecta… Si no fuera por la mano que estropea la composición global …
La suciedad en la pared y nada más. ¿Y tú qué pensabas?
Se abrio el bolsillo…
Interesante nudo en la mochila.
¡Wow, qué rodadero!
No sabes dibujar corazones – no intentes.
Se quedó pensando, solo fue eso.
Brr! Eso duele…
¡Eso pasa cuando cocinas Tortugas ninja para los niños!
Publicidad falló. Aunque depende cómo se mire…
Cuando hasta la crema te insinúa que la semana fue pésima…
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