Algunas religiones creen vehementemente en el concepto de la reencarnación. Para sus practicantes, después de la muerte, el alma del hombre no va al cielo o al infierno, sino hacia una vida nueva, completamente distinta a la anterior. Según ellos, un rey podría renacer como pastor, y un jardinero como príncipe, y así sucesivamente, hasta que el espíritu no pase por todo su ciclo de reencarnación.
Por supuesto, la mayoría de la gente no cree en esta filosofía. ¡Sin embargo, el caso de hoy representa un desafío a toda lógica!
Cuando Joey Verwey tenía apenas tres años edad, causó gran impacto en su familia. La niña dijo recordar claramente una decena de sus vidas anteriores. Por supuesto, los adultos no le creyeron, y lo atribuyeron todo a la fructífera imaginación de la pequeña, pero, al escuchar los detalles…
Ya para sus cinco años, muchos periodistas, académicos y místicos, constantemente, trataban de negociar una entrevista con ella. Y no es para menos… Sus primeros recuerdos se remontaban a la era del hombre primitivo, directamente en unas cuevas en Sudáfrica. Más tarde se encontró una evidencia: ¡Hace muchos años, los antepasados del hombre moderno, realmente, vivieron allí!
Luego, Joey recordó haber sido una esclava del antiguo Egipto, y una venerable matrona, a finales del siglo XIX. Ella vivió en África, en el siglo XVIII, y en Roma, en los tiempos de Nerón. Por otra parte, algunas de las fotografías antiguas le han ayudado a Joey a encontrar su propio pasado.
Lo más interesante ocurrió cuando la niña se encontró con su hijo de la encarnación anterior. ¡Después de varias horas de animada discusión, el anciano admitió la increíble relación, y conoció detalles de sí mismo y su mamá, hace mucho fallecida, hasta ahora desconocidos para él!
Algunos consideran que el caso de Joey es una prueba real de que la reencarnación existe. Otros opinan que se trata de una treta, una estafa de gran dimensión, que utiliza a la inocente niña para inflar el bombo. Sin embargo, no podrás negar que esta historia da qué pensar, sobre todo por lo poco que sabemos acerca de nuestro destino después de la muerte.
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