No existe mayor preocupación para un padre que tener un hijo enfermo, más aún cuando éste es solo un bebé… Y no hay peor martirio que sentirse culpable por su enfermedad. La historia de la dolencia de Emmett, este pequeñín de 1 año de edad, no es cosa sencilla, y lo que más duele es que ¡pudo evitarse!
Estos pensamientos no se alejan de la mente de ninguno de sus padres, Michael y Karla. Emmett, este bebé alegre, parece hacer caso omiso del hecho de que su vida está en peligro en cada momento. Pero para él, la vida no será igual que para su hermano Ethan. Y todo por tragarse algo que se encuentra en cualquier casa.
Todo comenzó cuando el pequeñín comenzó a presentar dolores, molestias y fiebre. Al inicio, estos síntomas fueron confundidas con una simple gripe, incluso por el médico de emergencias que lo atendió. Pero cuando comenzó a vomitar sangre, se hizo evidente que el bebé tenía algo más serio.
Los padres de Emmett volvieron a llevar al niño a emergencias. Entre otros estudios, se hizo una radiografía de tórax que identificó el causante del problema. ¡El pequeño tenía una batería dentro! Se había tragado una batería, sin que sus padres se dieran cuenta.
Al niño le gustaba mucho jugar con el control remoto de la televisión. Los botones de control, coloridos y de diferentes tamaños, llamaban su atención. Los padres lo dejaban, y nadie pensó que esto sería un peligro. En una ocasión, curioso Emmett logró destapar la rendija para baterías del control remoto. Sacó su batería, en forma de botón, de las que suelen usar algunos relojes, y se la tragó.
Tras la espeluznante noticia, de la emergencia trasladaron a Emmett directamente al quirófano, para salvarle la vida con una operación, a la que nadie le aseguraba un éxito. Afortunadamente, la operación pasó sin complicaciones, pero las consecuencias eran graves. La batería no llegó a asfixiar al pequeño, pero sí dejó lesiones graves, quemándole parte del esófago.
Más de 65 cirugías forman la lista de procedimientos realizados a Emmett, solo para estabilizarlo. Pero ahora necesitará asistencia para muchas cosas en la vida. Tiene problemas para comer, entre otras actividades.
Los padres de Emmett se sienten irremediablemente culpables, están conscientes de que pudieron haber evitar esto. Cuentan su historia a todos los padres del mundo, con el fin de que ningún otro niño más sufra esto.
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