¿Sabes lo que es un «simpa»? Para los que ninca han escuchado este término, en España, «hacer un simpa» se le dice a la acción de irse sin pagar de un restaurante, un bar o una cafetería… Aunque no lo creas, estos hechos delictivos suceden muy a menudo.
Las estatísticas dicen que los hurtos o robos en bares y restaurantes, a nivel mundial, se producen uno cada cinco minutos. Y por supuesto, si las pérdidas alcanzan niveles considerables, el simpa enseguida llega a ocupar las primeras planas de los medios locales.
Así, a finales de febrero en Bembibre (León), los 100 invitados se marcharon de un bautizo dejando 2.000 euros sin pagar. ¡Pero lo más insólito fue que, tras esta denuncia, se hizo público otro caso – en Ponferrada, a sólo 20 kilómetros de Bembibre, en el que los asistentes a una boda… se marcharon sin pagar una cuenta de 10.000 euros!
Por su puesto, las policía no pasó por alto este hecho. Pero hoy ¡Qué pasada! te quiere contar otro caso no menos sorprendente. Esta vez, el simpa tuvo lugar en el bar de la estación de autobuses de Candeleda, un poblado español, situado en el valle del Tiétar. Y la cuenta esta vez no era tan impresionante – inferior a 20 euros.
El bar de la estación de autobuses sufrió pérdida por valor de un bocata de tortilla, una ensaladilla rusa y un refresco. Como en los casos anteriores, el culpable fue un cliente que se marchó sin pagar. La propietaria del bar recuerda muy bien a aquel simpa: «Había mucha gente alrededor, porque acababa de llegar un autocar. La verdad es que no era mucho dinero, pero me cabreé mucho», – reconoce la dueña.
Todo hubiera terminado así, dándolo por perdido. Solo que esta vez, el desenlace final fue muy diferente: ¡el cliente ha decidido enmendar la simpa! 17 días después, la cafetería recibió una carta del consumidor, disculpándose y con un billete de 20 euros para cubrir los gastos.
En la carta, el cliente afirmaba que se fue sin pagar, debido a «un despiste estúpido». Así que, para reparar las pérdidas, envió al establecimiento un billete de 20 euros. «Le pido perdón por la inconveniencia que le he causado», – concluye la nota. Ana Isabel Sánchez, la gerente del bar, cuenta: «La carta llegó cuando yo estaba de viaje, y no la vi hasta el fin de semana. Cuando llegué, mi marido me dijo, «mira lo que nos ha llegado, vas a alucinar». Y mira que aluciné…»
Tras leerla, Ana enseguida la publicó en la página de Facebook de su bar. Con poco más de 500 seguidores, la publicación ha superado las 1000 reacciones y ha sido compartida cerca de 400 veces. «Me hizo mucha ilusión, y no dudé en compartirla», – cuenta Ana Isabel.
Muchos usuarios han aplaudido el buen gesto del cliente. «Una muestra de lo que debería ser normal, sin embargo hoy día nos sorprende. Deberíamos tomar ejemplo de ello», – decían los comentarios. «Personas honradas como este hombre, ya quedan pocos», – respondían otros. No faltaban y los que llegaron a acusar a Sánchez en armar una estrategia publicitaria. Ella lo niega rotundamente: «Jamás se me habría ocurrido».
Un final feliz… La gerente del bar cuenta que tiene intención de responderle, pero todavía no tiene claro si por carta o en persona. «Tengo su dirección, y la verdad es que me gustaría hacerle una visita», cuenta Ana. «Me gustaría contarle la que ha liado…», – se sonríe.
La verdad es que no deja de ser impresionante. ¡Aún hay gente buena y con principios en este mundo! Y pensándolo bien, ser buena persona no cuesta tanto como uno se imagina. ¿Dejar una cuenta sin pagar? ¡Ni pensarlo! Es una cuestion de principios…
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