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El hombre aprendió por las malas

Cuando un descarado insulta a tu mujer: Al instante, recibió su merecido…

Hay personas que, en términos del nivel cultural, se han «congelado» en el nivel de la sociedad primitiva. Para ellos, solo el más fuerte tiene la razón. Los débiles existen únicamente para burlarse de ellos, y ante los más fuertes, debemos arodiillarnos humildemente.

La mayoría de estos narcisistas tratan de ganar su lugar en la vida con puños, arrogancia y groserías. Sin embargo, tarde o temprano, cada uno de ellos se enfrenta a otras personas que no les toleran sus payasadas.

Aquí, por ejemplo, este musculoso gigante, como por casualidad, insultó a una mujer. En defensa de su amada salió el esposo, quien se puso de pie y no se amedrentó ante el irrespetuoso fornido.

El fortachón, no queriendo tildar de perdedor, continuó provocando a la pareja. ¡Solo cuando quedó claro que, sin el uso de los puños, no entendería nada, fue cuando el hombre indignado puso al mal educado en su lugar!

¡El bravucón fue derrumbado de un solo golpe! Y eso que al principio parecía que el contrincante no lograría ni arañarlo…

¡Como puedes ver, la grosería es punible, y cada insolente, tarde o temprano, se encuentra con la olma de su zapato! Creo que el mal educado por mucho tiempo recordará esta lección.

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