Este hombre de aspecto muy extraño se llama Graham. ¡Pero, no tengas miedo! No es una persona viva, es solo un maniquí, desarrollado por científicos australianos.
Sucede que nuestros coches contemporáneos son cada vez más rápidos y poderosos. Sin embargo, el cuerpo humano no ha tenido tiempo para evolucionar a la par con los vehículos, que para el colmo, son cada vez más numerosos. Como consecuencia, cada año ocurren más y más accidentes. Súmale a esto que, a mayor velocidad, más trágicas son las consecuencias de una colisión.
Por lo que los científicos decidieron simular un cuerpo humano «ideal», que tenga el menor riesgo de lesiones graves, en caso de un accidente. Si nuestro cuerpo cambiara acorde a la velocidad en que evolucionan los automoviles, hoy en día la gente se vería más o menos así.
Según los científicos, un cuerpo ideal para enfrentar un accidente debería tener un cráneo grande que permita alojar una gran cantidad de líquido cefalorraquídeo. Esto ayudaría a amortiguar el impacto y proteger al cerebro de lesiones.
También el cuerpo debería carecer de cuello, ya que esta parte es fácilmente sometida a enormes cargas en el momento del impacto.
Para estar a salvo de las peladuras y cortes menores, la piel debería ser muy gruesa. Además, los pechos desarrollarían abultamientos para proteger las costillas y los órganos internos, semejantes a un cojín de seguridad.
Para proteger las piernas, las rodillas deberían doblarse en ambas direcciones. Y para que el peatón pudiera que saltar a un lado, en caso del peligro inminente, sus pies deberían tener forma de casco.
Mirando la creación de los científicos australianos, comienzas a apreciar aún más el trabajo de los ingenieros que crearon las bolsas de aire y otros dispositivos, diseñados para protegernos en caso de un accidente.
Comparte este artículo con tus amigos en las redes sociales. Estoy seguro de que después de leerlo, estarán dispuestos a respetar las reglas de tráfico con mayor responsabilidad.
Deje su opiñón sobre la publicación