Una frase popular dice que: «Si una mujer cambió su peinado, muy pronto cambiará radicalmente de vida». Digan lo que digan, el cabello juega un papel muy importante en la percepción de la apariencia de la persona.
Julie tenía un cabello muy largo, pero en un estado horrible. Cierto, su larga y gruesa trenza le llegaba hasta la cintura, pero… ¡Los años de uso excesivo de planchado, colorantes y secadores lo habían echado a perder!
Julie no sabía qué hacer: en vez del pelo grueso y brillante, que le había obsequiado la madre naturaleza, de su cabeza manaba una mata de heno seco, que se desvanecía.
Nuestra protagonista no se había cortado el cabello desde que cumplió 14 años. ¡Pero, un día, Julie quiso un cambio radical!
«Me encanta mi pelo largo, pero tengo que cortarlo, porque… ¡mira!». Luego, se vuelve hacia la cámara y muestra su cabello sin vida, que se asemeja a un cordel.
La única solución que encontró Julie fue encomendarse a las manos de un buen estilista, para hacerse un corte, según la tendencia de esta temporada: el corte de cabello Pixie.
Se filmó con la cámara, y publicó el video en la web. El mismo no tardó en hacerse viral. ¡Mira lo bien que se ve con su nuevo peinado!
A menudo, un cabello horrible es una fuente de depresión, trauma y trastornos mentales, al punto de necesitar de la ayuda de un psicoterapeuta. Pero, ¿para qué llegar a esos extremos? Mejor darnos un saltico por la peluquería…
La estadounidense Kate Langman, peluquera estilista de un salón de belleza, recientemente, compartió en su Facebook algunas historias de horror, a las que se ha enfrentado en el trabajo.
Hace aproximadamente un mes, la estilista vio a una mujer que cogió del estante algunos productos de la marca Redken, para suavizar el cabello. Cuando le preguntó si podía ayudarla, la mujer comenzó a quejarse.
En resumen, la pobre sufría de depresión. No había podido conseguirlos hacía 6 meses. ¡Esto significa que no se había lavado la cabeza, ni cepillado el cabello largo, durante seis meses!
Ella comenzó a trenzar el cabello en un moño, pero este se volvió como una mata enmarañada. Desde la distancia, parecía como si su cabeza fuera un nido de pájaros.
La estilista le había invitado a su salón varias veces, pero ella todavía se negaba. Finalmente, un día se decidió, acudió a Kate para que hiciera algo con su cabello.
8 horas y media de trabajo: 4 horas y media para el peinado, 3 horas para la pintura, y una media hora para el corte de cabello.
La mujer, al verse, se sintió con alas para volar. ¡Ella no sentía que había mejorado un 100%, sino un 200%! No sé cuál es el premio más alto por logros, en el campo de la peluquería, pero Kate, definitivamente, lo merece… ¿No crees?
¡Anímate, y date un saltico por un salón de belleza! Y, por qué no, embulla a tus amigos de las redes sociales, también…
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