La maternidad es algo maravilloso, lleno de felicidad y alegría. Sin embargo, también tiene su lado oscuro. ¿Qué mamá no ha sufrido las consecuencias de las interminables noches de insomnio y constantes vigilias? Seamos sinceros, una madre, durante los primeros años de su bebé, duerme muy poco. Basta conocer las experiencias de estas 25 madres para comprender lo que esto significa…
- «Yo iba a salir en mi coche. Puse a mi hijo en su silla, dentro del auto, y entonces me di cuenta de que… no me había puesto los pantalones».
- «Fui al baño en medio de la noche, y me sorprendí al sentirme cálida y húmeda. Resulta que estaba tan cansada, que no me di cuenta que estaba sentada en el sofá, y no en el asiento del inodoro. Literalmente, me bajé los pantalones y empecé a orinar, como si estuviera sentada en un inodoro. Tuve que añadir el sofá a la lista de aquello que tenía que limpiar esa noche».
- «Pasé mucho tiempo intentando abrir la puerta de mi casa… haciendo clic en el desbloqueador de la llave del auto».
- «Estaba tan cansada, que olvidé el nombre de nuestro hijo. Entonces, me fui al monitor, y tuve que preguntarle a mi marido: «¿Quién es ese?».
- «Cogí la entrepierna de mi esposo, cuando este se quiso voltear, creyendo que era el bebé, que se caía de la cama».
- «Cuando mi bebé despertó y lloró, en medio de la noche, abrí la puerta, pensando que era alguien que llamaba».
- «Cuando di a luz, escribí un mensaje para mi esposo (que estaba en la cama a mi lado), para preguntarle dónde estaba».
- «Le di leche al perro. Cuando este se negó a beber, me enojé y le dije: «Bueno, ¿Qué te pasa? ¡Tómalo!». Tardé cinco segundos en darme cuenta de que no era mi niño de 2 años».
- «Una noche, me di cuenta de que toda mi familia estaba en la habitación, pero nadie sostenía al niño. Comencé a entrar en pánico, y grité: «¿Dónde está el bebé?». Mi marido me miró y me dijo: “¡Mmm, cariño, lo tienes tú!».
- «Salí de la casa con el sujetador para amamantar, con las copas abiertas en ambos lados».
- «Mientras amamantaba a mi hijo menor en el sala, llamaron a la puerta. Me paré y me fui a abrir, con la copa del sostén todavía abierta. El cartero se sorprendió y desvió la mirada. Sólo entonces me di cuenta de por qué lo hizo».
- «Después de una larga noche sin dormir, tuve que correr a la farmacia. Me paré en un semáforo rojo durante mucho tiempo, hasta que me di cuenta de que no era una luz roja, sino una señal de STOP».
- «A las 3:00 de la mañana, fui a colar la leche en la cocina y la vacié por el desagüe. Lloré cuando me di cuenta de que lo hice. Me convertí en un Zombi, sin pensar».
- «En medio de la noche, intenté cambiarle el pañal a mi hija, pero le puse el pañal limpio encima del que estaba sucio».
- «Caminé todo el día con diferentes zapatos en ambas piernas».
- «Hice un descafeinado. Sólo después del segundo sorbo, me di cuenta de que estaba tomando sólo agua caliente.»
- «Una noche, después de unas semanas sin dormir, empecé a culpar a mi marido de que el niño lloraba porque él le había quitado el dinero. Mi marido me llevó de vuelta a la cama, y nos reímos de eso por un largo tiempo, al día siguiente».
- «Mi hija mayor no tenía ni dos años cuando di a luz a mi segundo hijo. En la primera semana me sentí totalmente rota. Una noche, me levanté para alimentar al bebé, y escuché un ronquido en la cocina. Resulta que olvidé recoger a mi hija mayor de su silla alta, y ella se durmió, usando los espaguetis como almohada».
- «Finalmente me preparé para dormir, así que me limpié el maquillaje y me quité los aretes… Estaba tan soñolienta, que puse la servilleta con que me limpié el maquillaje, en el cofre de las joyas, y deseché los aretes».
- «En una ocasión, intenté usar tirantes en vez de ropa interior, después de una ducha, y luego lloré cuando no lo logré».
- «Me acerqué a mi marido, y le puse el pezón derecho en la boca».
- «Llegué a casa del hospital, y me di cuenta de que no había comido, así que calenté unos gofres congelados, y vertí jabón sobre ellos, en vez de sirope».
- «Todo el tiempo, yo llamaba veterinario al pediatra».
- «Traté de abrazar al operario que estableció nuestra línea de internet cuando se estaba yendo, tal como hacía con mis visitas cuando se iban. Él me miró como si me hubiera vuelto loca».
- «Compré comestibles, luego puse al niño en el asiento del coche y me fui, dejando todo el producto comprado en el carrito en el estacionamiento».
No cabe duda que ser madre es el trabajo más difícil del mundo, sin descansos o días feriados. No es de extrañar que, situaciones como estas sean más comunes de lo que crees.
¿Te resultaron graciosas estas fatigosas situaciones? ¿Te han ocurrido a ti, también? ¡Cuéntanos en los comentarios! Y por supuesto, compártelas con todos tus amigos de las redes sociales… ¡Este es buen homenaje para ese ser tan especial que te dio la vida: Mamá!
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