Durante la cuarentena, fuimos privados de muchas cosas familiares. Por supuesto, principalmente de la comunicación y la capacidad de interactuar y socializar, pero también de nuestras adoradas salidas para comprar zapatos, accesorios y ropa.
© DepositphotosYa la cuarentena va debilitándose gradualmente en algunas partes del mundo, y las instituciones que ejercen el control de calidad están ajustando las medidas para abrir centros comerciales y tiendas.
Muy pronto, las mujeres asiduas a la moda finalmente podrán actualizar su vestuario gastado. Pero hay algunas malas noticias. Algunas de las restricciones introducidas serán un verdadero shock para ellas. ¡Qué pasada! te comentará al respecto.
COMPRANDO ROPA
Probador de ropa: Sucede que, de no analizar bien la prenda en el probador, como regla general, terminas comprando algo que luego se llena de polvo, siendo una carga inútil en el armario.
© DepositphotosPara muchas mujeres, el proceso de comprobación es más agradable que la compra en sí: no cuesta dinero porque no compras nada, da placer y alivia el estrés. He aquí la cuestión, es contra esto que se quiere tomar la medida.
© DepositphotosLos epidemiólogos tienen sus recelos con el alivio de las medidas de cuarentena. Y luego está la situación en la que un vestido es probado por una docena de compradoras al día. Es difícil no estar de acuerdo con ellos.
© DepositphotosDurante la prueba, no es posible limitar el contacto del tejido con la piel descubierta del presunto comprador. Y tampoco funciona desinfectar el vestido después de probado.
© DepositphotosComo resultado, cerrar completamente los vestuarios, es la condición principal para abrir una tienda de ropa. Los compradores lloran, y las tiendas en línea se frotan las manos.
BUSCAR UN COMPROMISO
Se encontró una solución de compromiso para las zapaterías, que satisfizo a compradores y vendedores.
© DepositphotosSe trata del uso de fundas o calcetines desechables, más bien delgados, que no alteran la horma del pie, mientras se excluye el contacto de los zapatos con la piel.
Las zapaterías pueden trabajar tranquilamente. Pero para la ropa, aún no se ha encontrado una opción similar. Se expresó la opinión de obligar a los vendedores a comprar un software y configurar las mediciones en 3D.
© DepositphotosLas marcas caras llevan practicando esto hace bastante tiempo, pero en nuestras realidades todo descansa en el lado monetario del problema. Las tiendas ya se han comprometido, a su propio costo, a proporcionar a los compradores una máscara y guantes. Y luego está el software costoso… ¡A donde vamos a parar!
© DepositphotosLa vida es a menudo más inventiva que cualquier instrucción. Y creemos que los funcionarios eventualmente encontrarán un lenguaje común con los empresarios, y se elaborarán reglas comerciales que sean convenientes para todos.
Pero, bien parece que las tiendas de ropa corren el riesgo de convertirse en museos. Te deseamos paciencia y, lo más importante, buena salud.
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