A menudo, se escucha decir que los niños, en realidad, pueden ser más crueles que los adultos. Después de todo, los adolescentes aún desconocen el sentido de la medida y no valoran las consecuencias de sus actos. Así que, el abuso hacia los compañeros indefensos o más débiles, puede cruzar fácilmente la línea de lo normal. Este caso, ocurrido recientemente en Australia, puede servir de ilustración de este problema.
Tayla, de 13 años de edad, del estado australiano de Queensland, fue sometida a acoso por parte de sus compañeros de clase. ¡La intimidación fue tan violenta que la chica, simplemente, quiso suicidarse!
¡Los compañeros de clase no solo se burlaban de la niña, también la golpeaban y se llevaban el dinero de sus bolsillos! El abuso verbal continuaba casi a diario – una lluvia de insultos caía sobre la chica a través de las redes sociales y la correspondencia SMS.
A pesar de las quejas de su madre, la administración de la escuela no adoptó medidas eficaces para proteger a la chica y castigar a los agresores. Según la dirección de la institución, el conflicto no era digno de su atención, porque los niños… simplemente se estaban divirtiendo.
Dos semanas después de la primera visita a la escuela, la madre encontró dibujos de Tayla, empapados de un estado de ánimo suicida. En ellos la chica visualizó su propio cuerpo muerto y escribió que estaba harta de vivir…
«Quiero morir, dejar este mundo y nunca volver», – confesó Tayla a su madre.
Para proteger a su hija, la madre decidió trasladarse a otra ciudad. Los alumnos de la nueva escuela le dieron una buena bienvenida a Tayla. Ella rápidamente encontró nuevos amigos y ahora recuerda el pasado como un mal sueño.
Esta historia genera una pregunta: ¿Es cierto que la crueldad infantil no tiene límites, o es que se trata de la excusa de adultos para justificar su falta de atención y acción? Escribe tu opinión en los comentarios y no te olvides de comprartirla con tus amigos en las redes sociales, para saber qué piensan al respecto.
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