Una fría mañana de invierno, al abrir la puerta de su casa, el joven quedó paralizado. En medio del portal yacía una gatica congelada. Al principio el chico pensó que ya era muy tarde para salvar al animalito, y comenzó a buscar con la mirada el lugar donde la podría enterrar, cuando de pronto notó que su pata izquierda hizo un leve movimiento.
Entonces el joven dejó a un lado los quehaceres y se dispuso a reanimar al animal con sus propios medios. Para restablecer el funcionamiento del sistema sanguíneo en el cuerpo del minino, le preparó un baño caliente. Luego la envolvió en una colcha gruesa. Al poco rato, la gatita comenzó a revivir.
Un par de horas después, la infortunada y afortunada preciosura ya tomaba agua de una taza que le había puesto su salvador. Y en horas de la tarde, poco a poco ya comenzó a explorar la casa, donde tuvo la suerte de encontrar abrigo.
Ahora la bella peluda, a la cual su salvador le puso el nombre de Elsa, se ha recuperado totalmente. La gatita recibió un nuevo hogar y un amo cariñoso, y el hombre – una tierna y amorosa mascota. Si te gustó esta emocionante historia con un final feliz, no dudes en compartirla con tus amistades.
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