Amy Tompson, de 16 años de edad, adoraba salir de parranda con sus amigos. Esta linda estudiante nunca se perdía una sola fiesta o partido, y todo era diversión día y noche. Nunca imaginó que, pronto, su vida cambiaría para siempre…
Ahora, la pobre chica está confinada a una silla de ruedas. Su familia no pierde la esperanza de que, tarde o temprano, Amy vuelva a ser la misma de antes. Mientras tanto, solo rezan porque nadie más cometa el error de su hija, ni tenga que sufrir las consecuencias…
Se supone que una fiesta es para divertirse, no para terminar en un hospital. Por dos largas semanas, Amy estuvo en coma, y, tras salir del mismo, tuvo que volver a aprender a caminar y a hablar. Aunque los médicos no descartan que pueda recuperarse por completo, sí están seguros de que este proceso, en cualquier caso, no será rápido.
Los testigos informaron que todo comenzó con un par de pequeñas píldoras. La chica, en compañía de unos amigos, aceptó imprudentemente la oferta de un distribuidor de fármacos, producto que probó durante la fiesta.
Literalmente, una hora después, una «ambulancia» llevó a cuatro chicas, de urgencia, al hospital. Afortunadamente, las amigas de Amy comenzaron a recuperarse rápidamente. Pero nuestra protagonista no tuvo tanta suerte, y cayó en un estado de coma.
Los médicos no estaban seguros si despertaría. Pero, al final de la segunda semana, mientras su madre le estaba sosteniendo su mano, Amy volvió a la vida. Por desgracia, la droga había hecho estragos en el cerebro de la infeliz.
Ahora, a la chica le espera un largo período de rehabilitación, para permitirle regresar a la vida normal. El siguiente video capturó los avances de nuestra paciente, y a todos los que la ayudaron.
Los padres de Amy han dado permiso para la publicación de este video en la Web, con un propósito claramente definido: Evitar que se repita la pesadilla que vivió su hija, y mantener a los jóvenes lejos de la tentación de probar las drogas. Para los que ya están «enganchados» con esta poción infernal, que el video les proporcione el empujón necesario para librarse de la dependencia.
Por supuesto, solo quien ha vivido lo que Amy, conoce la magnitud de esta pesadilla sin nombre. ¡Esperamos, sinceramente, que la chica se recupere por completo, y que todo aquel que se dedique a distribuir estas sustancias nocivas entre los adolescentes, sea pronto puesto tras las rejas!
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