«Lo importante no es caer y tocar fondo, sino saber levantarse»: Así me decía mi abuelita, cada vez que me veía sin la fuerza necesaria para seguir adelante. Y qué sabias sus palabras… Lo cierto es que, una vez que una persona decide cambiar de vida, solo hay un camino a seguir: ¡Adelante y arriba!
Cierto, no es fácil, pero todo esfuerzo tiene su recompensa, como bien lo sabe Courtney Maguire, una chica de 30 años, que logró superar su adicción al alcohol y a la comida chatarra… ¡Solo mírala como se ve ahora!
Una fuerte depresión, que la atormentaba desde la universidad, la llevó a la obesidad. Por ello, en el año 2009 se decidió por una banda gástrica, pero eso no le ayudó no bajar de peso, y tres años después se la retiró.
La chica, durante el tratamiento, llegó a pesar 140 kg.
Si bien nunca le faltó compañía, esta no resultó ser muy constructiva que digamos. Muchas de sus parejas la veían como un fetiche, y la desanimaban en su intento de adelgazar, lo que a la larga solo acentuó su depresión.
«Por mucho tiempo, me negué a aceptar mi gordura. Evitaba los espejos, las básculas, las fotografías. Evitaba cualquier cosa que me forzara a ver lo que había ganado de peso».
«Los hombres que salían conmigo me decían que preferían a las chicas bien rellenitas, y me animaban a comer mal, o no me apoyaban si intentaba hacer dieta. Todo eso dañaba mis sentimientos, porque sentía que no me veían como el ser humano que era, sino solo como una chica gruesa».
Hasta el día que tocó fondo… Entonces, la chica tomó impulso cuesta arriba, dejó el alcohol y redujo su peso a solo 65 kg, con la ayuda de un bypass gástrico. Todo eso en 2014.
«Necesitaba algo para ayudar a controlar mi obsesión por la comida rápida y los excesos. Necesitaba impedirme comer de la forma en la que solía hacerlo».
La cirugía fue solo el comienzo. La chica continuó con una dieta estricta, complementada con una rutina de ejercicios, el yoga, pilates o el pole dance. Además, empezó a levantar peso, y a ir al gimnasio de cinco a seis veces a la semana.
Después de librarse de 75 kg, se sometió a una abdominoplastia para eliminar la piel sobrante, y se aumentó el pecho.
«He trabajado muy duro en mi apariencia física, veo esto como una recompensa».
«Los hombres ahora me tratan diferente. No sé si la gente me trata diferente por mi peso o por cómo me veo a mí misma. Antes, solo me conformaba con las malas relaciones, porque pensaba que no me merecía nada mejor, pero eso ha cambiado. Ahora solo salgo con hombres que me tratan bien, con dignidad y respeto, y me hacen sentir guapa tanto por fuera como por dentro».
«Mi transformación ha cambiado mi vida por completo. Estaba tan acostumbrada al fracaso, que este nuevo éxito me ha dado mucha esperanza en cualquier cosa en la que elijo progresar».
«Lo más importante que he ganado con mi transformación es autoestima y amor por mí misma. He trabajado muy duro para llegar hasta aquí, y ahora estoy muy emocionada de ver lo que soy capaz de hacer a lo largo del resto de mi vida».
La historia de esta chica es un vivo ejemplo de que «Cuando se quiere, se puede». Solo basta proponértelo, y no habrá piedra ni obstáculo en tu camino, capaz de frenar tu ascenso por la vida. ¡Créelo! Comparte este mensaje inspirador con tus amigos de las redes sociales…
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