Por qué deberías renunciar al hábito de dejar un vaso de agua junto a tu cama

Muchos expertos dicen que, para mantenerse hidratada, una persona debe beber no menos de ocho vasos de agua al día. Por eso, muchas personas inician diversos hábitos para no olvidarse de beber, como por ejemplo, poner un vaso de agua por la noche junto a la cama, para comenzar con agua, de inmediato, en la mañana.

Sin embargo, este hábito tiene más desventajas que beneficios. ¡Qué pasada! te invita a conocer por qué resulta un mal hábito dejar un vaso de agua cerca de la cama por la noche.

POR QUÉ NO DEBES DEJAR UN VASO DE AGUA JUNTO A TU CAMA

1. Por la noche, las bacterias y los gérmenes de tu cuerpo entrarán con el agua y se multiplicarán, por lo que esta agua ya no será lo que te gustaría beber por la mañana.

2. Un vaso de agua puede ser causa de distracción, recordándote la sed y las ganas de beber ahora mismo. Eso puede repetirse varias veces durante la noche, haciéndote perder así varias valiosas horas de sueño saludable.

3. Además, mientras duermes, si no está tapado el vaso, el polvo puede entrar en el agua, así como pequeños insectos y quién sabe qué más. Pocas personas quieren beber un cóctel así por la mañana.

4. A menudo, el vaso se coloca en una mesita de noche pequeña, donde hay también otras cosas, como por ejemplo, un teléfono móvil. Por la mañana, podrías verter el agua accidentalmente, directo sobre el dispositivo.

5. Durante la noche, el agua del vaso absorbe cierta cantidad de dióxido de carbono, lo que cambia su nivel de pH. Como resultado, el agua se vuelve más ácida y menos agradable al gusto. Aquí no hay daño al organismo, pero sigue siendo desagradable.