No es ningún secreto que la medicina moderna, especialmente la cirugía, ha alcanzado límites increíbles. En ocasiones los médicos realizan las operaciones más sorprendentes y milagrosas, como este caso, ocurrido en Australia. El equipo de cirujanos del hospital de Brisbane, Queensland, logró salvar de la muerte segura a un niño de un poco más de un año de edad, quien había sufrido un terrible accidente, ¡que lo dejó prácticamente decapitado!
Rylea Taylor, de Melbourne, conducía tranquilamente su coche por la carretera. En el asiento trasero iban sus hijos: el pequeño Jackson, de 16 meses de edad, y su hermana Shayne, de 9 años. De pronto, en una de las intersecciones, se les interpuso otro auto que iba a 70 mph. Fue una colisión inevitable…
El auto de Riley era de un diseño moderno, relativamente seguro, por lo que la madre y su hija casi no sufrieron daños en este terrible accidente, pero el pequeño Jackson no tuvo tanta suerte. Debido al fuerte impacto, su cuello quedó roto, y su cabeza desprendida colgaba como una muñeca de trapo.
Aunque el niño se encontraba en un asiento para bebés, esto no fue suficiente para protegerlo de tan potente choque. El impacto hizo que la cabeza de Jackson se levantara bruscamente y se separara del cuello. Por consiguiente, el tejido conectivo que une el cráneo con la columna vertebral, se rompió por completo. Literalmente, el niño sufrió lo que se conoce como una decapitación interna.
Milagrosamente, la médula espinal del pequeño no presentó lesiones, y sus sistemas respiratorio y circulatorio tampoco sufrieron daños. Sin embargo, los médicos no se sentían optimistas: las probabilidades de supervivencia de Jackson no eran más de un 1 o 2%. El Dr. Geoff Askin, quien estuvo al frente de la operación, le advirtió honestamente a la familia que, aun si la operación era exitosa, existía la posibilidad de que el niño quedara paralítico.
Luego de 6 intensas horas, la operación resultó todo un éxito, y hoy el pequeño Jackson está sano y fuera de peligro. No en vano, el Dr. Askin es denominado el «padrino de la cirugía de columna». ¡Este hombre tiene unas manos de oro!
La cabeza del niño se mantiene en posicion fija gracias a un aro metálico especial, que se une a las costillas, aparato que debe ser llevado por 8 semanas. ¡Pero ya hoy Jackson se ve saludable y feliz!
Sus padres recuerdan este terrible accidente como un mal sueño. Ellos están infinitamente agradecidos al Dr. Askin, por haber logrado el verdadero milagro de salvar a su bebé.
Para el pequeño Jackson, este médico cirujano ha sido ¡un verdadero ángel de la guarda, enviado a la Tierra para obrar milagros! Le ha regalado una oportunidad única de vivir la vida, rodeado de personas que lo aman, gracias al esfuerzo unido de un colectivo médico que trabajó duramente en su salvación. ¡Tienen bien merecido un reconocimiento especial por su labor y dedicación!
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