Según sus amigos, Jenny y Ángel Quils hacen una pareja muy hermosa, y el embarazo solo añadió la guinda al pastel. Ambos siempre soñaron con materializar el fruto de su amor, y qué mejor manera que con un bebé…
Pronto quedó confirmado que la mujer estaba esperando una niña. Los Quils contaban los días para el nacimiento de la bebita, para quien ya habían elegido un nombre: Noemí. Sin embargo, el destino les tenía preparada una pesadilla…
El hombre se puso gris cuando descubrió que podía perder tanto a su esposa como a su hija por nacer. ¡Por suerte, entre los nubarrones, siempre hay un rayito de luz!
La bella Jenny estaba de camino a un examen médico de rutina. Sin embargo, la futura madre nunca llegó a su destino…
La mujer fue atropellada por un camión de remolque. Los testigos informaron que, justo un momento antes de la colisión, Jenny, dándose cuenta del inminente golpe, solo atinó a proteger su vientre, o sea, a su hijita.
La paciente fue diagnosticada con una grave lesión cerebral. La única solución fue inducir a la mujer, que estaba cursando el octavo mes de embarazo, en un coma artificial. Sólo así habría, al menos, alguna oportunidad…
Los médicos le advirtieron honestamente al hombre: Las probabilidades de supervivencia de su esposa y de la niña eran bastante bajas. Sin embargo, Ángel nunca perdió la esperanza, y fue recompensado. ¡Su esposa, de repente, recuperó la conciencia, y unos días después, dio a luz a su pequeña hija!
Noemí nació un mes antes de lo previsto, pesando sólo 2,7 kilogramos, pero saludable, y pronto estaría en óptimas condiciones. Sin embargo, Jenny no corrió la misma suerte…
La mujer perdió sus recuerdos, y apenas hablaba y se movía. El marido confirma que le fue increíblemente difícil cuidar de su esposa enferma y de su diminuta hija, al mismo tiempo.
Solo espera el momento de que su pequeña ya no requiera más atención médica, para poder concentrar sus esfuerzos en el cuidado de su amada.
Por supuesto, Ángel no abandonó a la niña a merced del destino. Los padres de la pareja brindaron su apoyo en el cuidado de Noemí. Sea como sea, el hombre está seguro de que, con el tiempo, la salud de su esposa retornará a la normalidad, y todos podrán disfrutar de la felicidad y el amor, en familia.
Sí, las duras pruebas que ha tenido que enfrentar la familia Quils no se las deseo ni a mi peor enemigo. Tanto Jenny como Noemí, fácilmente pudieron haber perdido la batalla por la vida, en este terrible accidente. Solo nos resta desearle una pronta recuperación a esta mujer, y que los recuerdos de esta pesadilla queden en el olvido…
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