La estadounidense Mila Clark toda su vida fue rellenita. Sin embargo, en los últimos años, su situación empeoró considerablemente, llegando al punto de impedirle siquiera levantarse de la cama. ¡Esta madre de cinco hijos era como una naturaleza muerta, en su propio hogar! Pero, eso estaba a punto de cambiar…
La vergüenza ante sus hijos, y la comprensión de lo miserable de su situación, empujaron a Mila a buscar una solución. ¡Apenas un año más tarde, la mujer se transformó en otra persona!
Según las palabras de Mila, su amor por la comida rápida comenzó desde la infancia. Su madre era una mujer muy ocupada, y para compensar su ausencia, en cambio, le compraba a su hija todo tipo de golosinas. Y eso, irremediablemente, la llevó a la obesidad.
Hasta hace poco, Clark vivía en su propia casa, que compartía con su marido y sus cinco hijos, sin salir, durante años, de la cama. ¿Te imaginas?
Además de su enorme peso, a la mujer también le preocupaba mucho el linfedema que tenía en el vientre, ¡el cual, por sí solo, pesaba unos 20 kilos!
Por fortuna, esta encadenada mujer contaba con una maravillosa familia, que se desvivía en cuidados para ella.
Ten en cuenta que sólo uno de sus cinco hijos era natural de la pareja. Debido a su gran obesidad, Mila fue incapaz de concebir de nuevo, por lo que ella y su marido decidieron adoptar a sus demás pequeños.
El punto crítico para Mila llegó cuando su marido sufrió de un ataque al corazón. ¡Lamentablemente, debido a su obesidad, la mujer ni siquiera pudo visitar a su ser querido moribundo en el hospital!
A continuación, la desconsolada familia de la señora Clark se reunió en consejo, y determinaron que ya era momento de cambiar el estilo de vida. ¡Les esperaba un largo camino por recorrer!
A los pocos días, la mujer ya estaba dispuesta a viajar. Con gran dificultad, se levantó de la cama, se sentó en una silla de ruedas, y se fue a un especialista en obesidad, de primera clase.
Nada más ver a la paciente, el médico inmediatamente le indicó una dieta especial, y le aconsejó a pasar algún tiempo en el hospital. Nota: ¡Mila era tan obesa, que ni siquiera la podían pesar!
Dos meses más tarde, la cosa ya había mejorado. La paciente había perdido 39 kilos de peso, y se sentía mucho mejor que antes. El médico, sin embargo, todavía se negaba a enviarla a la cirugía de derivación gástrica.
Por consejo del médico, Mila se inscribió en fisioterapia de piscina, lo que fue de gran ayuda para la mujer. ¡Allí consiguió ponerse de pie, por primera vez en mucho tiempo, y sin ayuda, lo que la hizo llorar de emoción!
Poco después, la señora Clark fue sometida a una operación. Sus hijos estaban muy preocupados por ella, pero afortunadamente, el procedimiento se llevó a cabo sin ninguna complicación.
Tras recuperarse de la cirugía, la mujer ya pesaba 216 kilogramos. ¡Por supuesto, aun le faltaba mucho, pero, para Mila, la pérdida de 124 kilogramos era un gran avance!
De pie sobre la escala, al ver los números en el marcador, la paciente de nuevo se echó a llorar. Ahora sabía con certeza que la pérdida de peso es posible, y no se podía rendir.
Poco después, la mujer regresó a su casa, y aunque rara vez salía, ya no estaba postrada en la cama. ¡Por otra parte, comenzó a trabajar en la web, en silencio, desde su casa!
Ahora Mila, después de pasar los últimos años luchando contra el exceso de peso, finalmente alcanzó el éxito. ¡Al librarse de una buena parte de sus 340 libras, mejoró considerablemente su salud, y su calidad de vida!
Pocos han sido capaces de ponerse a la altura de nuestra protagonista de hoy. ¡No obstante, su historia demuestra que, con fuerza de voluntad, todo en la vida es posible! Comparte este mensaje con tus amigos, seguro te lo agradecerán…
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