¿Qué opinarías de una persona, si esta te dijera que le teme a la alfombra del baño? Pues, hoy te contaremos acerca de Ruth Scully, quien tiene exactamente el mismo problema. Y no se trata de alguna fobia o rechazo extraño, sino de una historia de amor…
Ruth se sintió extremadamente feliz al enterarse que estaba embarazada. Ella trajo al mundo a un hijo, llamado Nolan, el gran amor de su vida, quien, a su vez, le correspondió con el mismo amor.
Cuando el niño tenía apenas 2 años de edad, comenzó a presentar afecciones en la nariz, y constantemente se quejaba de congestión. Una noche la situación empeoró, hasta que comenzó a asfixiarse.
Los doctores trataron inicialmente al chico por una infección, pero no respondió como se esperaba. En el año 2015, Nolan fue operado de las amígdalas. Se le extrajo el tejido linfoide, situado cerca del orificio interno de las fosas nasales, y, después de algunos exámenes, los médicos le diagnosticaron cáncer: rabdomiosarcoma, por lo que debió comenzar la quimio urgentemente.
Todo el que conocía la historia del niño Nolan, rogaba por su vida, pero en febrero del 2017, se hizo evidente que el niño no sobreviviría a la enfermedad. Ruth se acercó a su hijo y le dijo que ya no tenía que luchar más. El niño, al escuchar sus palabras, reaccionó con alivio, y dijo que todo este tiempo trató de luchar por el bien de su mamá. Ella abrazándolo le dijo: «hijo mío, pronto irás al cielo, y no necesitas tener miedo».
Nolan le dijo que jugaría en el cielo, hasta que su mamá se reuniera con él. Ruth quiso llevarse al niño para la casa, pero él decidió quedarse en el hospital.
En las siguientes 36 horas, la madre no se separó ni un instante de su lado. Pero, entonces, ella le pidió que esperase un poco para tomarse una ducha. Antes, Nolan siempre le esperaba parado en la alfombra junto a la ducha, pero en esta ocasión se quedó en la cama.
Al regresar de la ducha, Ruth vio a los médicos alrededor del niño, quienes le dijeron que él había entrado en coma. Scully se paró al lado de su hijo, y en este momento sucedió algo increíble: el niño despertó, literalmente, por unos segundos, y, antes de su muerte, se las arregló para decir: «¡Te amo, mamá!».
Posteriormente, Ruth escribió en su página de Facebook que, en la actualidad, le tiene miedo a tomar una ducha, porque ve el vacío en la alfombra…
No quiero imaginarme lo que tuvo que sufrir esta mamá. Pero sé que las últimas palabras del hijo, y su sonrisa, les darán fuerza hasta que se reúna con él en el cielo…
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