«Mi hija se va a mudar a otra ciudad para estudiar. Bueno, hablé con mi esposa y decidimos comprarle una «vivienda antigua». Hicimos reparaciones, pero de alguna manera no todo estuvo bien. Incluso desde el comienzo, las reparaciones le causaron estrés y emociones negativas a nuestra hija».
Estas palabras inician la historia de nuestros protagonistas de hoy, quienes decidieron ceder a su hija una vivienda en otra ciudad. Bueno, es difícil para nosotros expresar nuestra opinión, ya que el equipo está dividido en dos campos: algunos apoyan a los padres de la chica y otros no. ¡Quizás tengas un pensamiento sensato sobre esto!
INICIO DE REFORMAS EN EL APARTAMENTO
«Al principio, se planeó hacer un estudio a partir de un apartamento de 40 m cuadrados. Algo juvenil, elegante y de moda. Pero mi esposa advirtió entonces que los estudios durarían 6 años, y luego no estaba claro qué hacer con este estudio. ¿Alquilarlo? ¿Dónde irá nuestra hija después de los estudios? En resumen, decidimos simplemente hacer reparaciones, no muy elegantes, ya que nosotros mismos viviríamos en un lugar así con mucho gusto».
«Primero, nos encontramos con una habitación muy típica, en la que nunca se había hecho reparación. Alfombras, cajas, una mesa con tres patas y un televisor que no funcionaba. Había mucha basura, tuve que sacarla en camión. Cuando el camino hacia el balcón se abrió fue agradable. Después de todo, en él había un par de taburetes, un cenicero y, de hecho, nada más».
En resumen, pegaron el papel tapiz, dieron al techo una forma divina y trajeron algunos muebles. Las condiciones estaban lejos de ser espartanas, me parece que una chica de un pequeño pueblo estaría en el séptimo cielo de felicidad.
«La cocina estaba en un estado terrible, todo parecía podrido. Armarios, estantes, una mesa y una tercera silla (si se cuenta el hallazgo del balcón) estaban cubiertos con una gruesa capa de polvo, grasa y, al parecer, óxido. Lo más interesante es que no había ni cucarachas ni ratas. No sé si le temen a la radiación o al estado tan terrible del hogar».
«Se pusieron los contadores y luego el calentador de agua. Por supuesto, los vecinos se molestaron un poco con el corte de gas cuando se cambiaron las tuberías, pero las reformas son reformas. Y no tomó mucho tiempo. Para tranquilidad, no que vaya a suceder algo desagradable de repente, las cosas deben hacerse bien».
«Bueno, y le llegó el turno al baño. En el consejo de familia se decidió hacer un baño combinado, es decir, un baño-bañera juntos. En verdad, es horrible y anticuado, como en el siglo pasado. Pero es más barato. Además, mi hija viviría sola, ese era el tema. Y luego, en un futuro matrimonio, que los novios compren un apartamento. Después de la universidad, por supuesto».
«No hicimos nada especial en el baño, solo explicamos a los operarios que queríamos un espacio digno, sin lujos y soportes innecesarios. Afortunadamente, tuvimos suficiente tiempo. En principio, mi esposa y yo estábamos satisfechos con el trabajo.
Bueno, ¿A dónde podemos ir sin puertas nuevas, un pasillo y varias estanterías con cuadros en la pared? Esto ya era una gran ventaja, mi esposa realmente lo quería, y no insistí en lo contrario. Nuestra hija necesita espacio para llamar su atención. Eso, de hecho, es todo».
«Ahora el final: Mi hija se puso histérica y se negó rotundamente a vivir allí. «Esta renovación es anticuada» – dijo. «El papel pintado no está de moda, se necesita una ducha, o mejor un jacuzzi, y ¿qué tipo de cocina es esta sin un juego de sillas de Ikea?». Al principio estaba muy enojado y le sugerí a mi hija que usara sillas del balcón. Grité, estaba nervioso».
«A lo que la madre dijo – «¿Tal vez está asustada? Mudarse a otra ciudad, con extraños. Tal vez hace estos espectáculos debido a los nervios». Tal vez sea así, se está haciendo adulta, está tan… nerviosa. Pero la pregunta permanece abierta. Los estudios comenzarán pronto, y el carro, como dicen, sigue ahí. ¿Pudieras tú darle algún consejo?».
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