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Historias sobre los pacientes más tontos

Los médicos han contado historias de los pacientes más tontos. No sé si reírme o llorar…

La tontería humana y la irresponsabilidad a veces simplemente sorprenden.
Especialmente, cuando en juego está la propia salud de personas. Recientemente, unos médicos han compartido sus experiencias con los pacientes más tontos.
La mayoría de las situaciones, claro, resultan cómicas, pero entre ellas también hay historias en verdad tristes. Ellos muestran cómo viven las personas, que no saben nada sobre la vida. Aquí van algunas de las historias.

«Una mujer llevó a su bebé de seis meses a una revisión. Noté que el niño tenía algo en las manos similar al chocolate. Por supuesto, empecé a contarle a la mamá acerca de por qué los pequeños no pueden beber el cacao». La respuesta de la madre fue: «Oh, no se preocupe, esto es solo café».

«Yo trabajo en una farmacia. Un día, una chica vino a comprar un anillo anticonceptivo. Un mes más tarde, regresó con el mismo propósito, y en la muñeca llevaba ese anillo, puesto como si fuera una pulsera».

«Un día, una paciente vino a hacerse las pruebas de las infecciones de transmisión sexual. Estaba muy confundida y decía que tenía solamente una pareja sexual. Ella ni siquiera consideraba la posibilidad de que él podría haberla infectado, al tener contacto físico con otras mujeres. Porque, incluso si durmió con alguien más, afirmaba la mujer, él siempre usa el mismo condón y lo enjuaga después de haberlo usado».

«Yo trabajo como veterinario. Una vez fui a explicarle a una mujer desesperada que las garrapatas, que ella había tratado de sacar, sin éxito, del cuerpo de su perro, realmente eran sus pezones».

«Una paciente llevaba la amputación de una pierna, pero a ella no le parecía preocupar esto en absoluto. Cuando se le preguntó acerca de la razón, dijo que no hay motivo de preocupación, ya que la pierna volvería a crecer pronto».

«La madre de mi mejor amiga trabaja como enfermera en una zona donde hay muchas pandillas. Ella constantemente tenía que explicar a los familiares de los que fueron abaleados, que el cerebro no puede ser trasplantado tras recibir un disparo en la cabeza».

«Soy enfermera. Un día yo estaba sentada en la recepción cuando sonó la señal de que uno de los pacientes estaba despierto. Corrí hacia él, preparada para lo peor. Y ¿qué es lo que veo cuando entro en la habitación? Un familiar del paciente estaba frente a mí con los electrodos en su espalda. Él dijo que, al parecer, en su espalda se había atascado algún nervio, así que decidió a tomar prestado los electrodos del paciente por unos minutos, ¿no es terrible?»

«La manera que usó una madre para medirle la temperatura a su hijo: encendió el horno y sostuvo la mano en su interior, con su otra mano tocó al niño. Así que, de acuerdo a sus cálculos, la temperatura del bebé era de 120 grados Celsius».

«Una chica de 16 años pensó que estaba embarazada. Sin embargo, no tenía una idea clara de dónde se encontraba su vagina. Le hemos explicado que así se le llama correctamente a los genitales. Resulta ser que ella creía que su vagina se encontraba en algún lugar cerca de su ombligo».

«Yo soy un farmacéutico. Una mujer se quejaba de que nuestros preparados no ayudaban a su alergia contra los pelos de gato. Resultó ser que la mujer le rociaba el spray que tenía que aspirar, en su felino».

Habiendo leído todas estas historias, es difícil decidir si hay que llorar o reír. Es triste que, por la propia ignorancia, las personas puedan estropear no solo sus vidas sino, también, las de sus hijos. ¿Es realmente tan difícil de tener aunque sea un mínimo de curiosidad y aprender un poco más acerca de la vida?

Comparte estas divertidas historias con tus amigos, para que ellos también rían un poco y, a lo mejor, ¿quién sabe?, hasta alguna vez pensaron algo parecido.

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