Una terrible tragedia ocurrió hace unos pocos días, en una familia estadounidense común y corriente. Tragedia sin precedentes, que ha levantado mucho polvo en los medios de todo el mundo.
Otto Uormbir, estudiante de 22 años de edad, de los Estados Unidos, murió en un hospital de Ohio, poco después de ser liberado de una prisión de Corea del Norte, donde pasó 17 largos meses. En medio de misteriosos sucesos, el chico cayó en un estado de coma, del que no pudo restablecerse.
«Todavía no podemos creer que nuestro hijo ya no esté con nosotros», dijeron Fred y Cindy, los padres del joven.
«A pesar de que nunca volveremos a escuchar su voz, creemos que él murió por problemas en los pulmones y del corazón. Lo más importante es que sus últimos momentos, los pasó en casa. Estamos seguros de que Otto sintió todo eso» – dijo, con lágrimas en los ojos, la madre del estudiante.
El gobierno de Corea del Norte declaró que Otto entró en coma, mientras cumplía su encarcelamiento, como resultado de una infección por botulismo y por sobredosis de pastillas para dormir. Los médicos estadounidenses que examinaron el cuerpo del fallecido, dijeron no haber encontrado ningún rastro de infección.
Las autoridades policiales de RPDC detuvieron a Uormbir en enero el 2016. El estudiante estaba en el aeropuerto, y se disponía a salir del país. Fue acusado de secuestrar un cartel de un hotel en Pyongyang, donde se hospedaba.
Era un cartel de propaganda, dedicado a la muerte del ex líder de la RPDC, y decía: «Llenémonos de patriotismo, en el nombre de Kim Chen Ira».
En marzo del año 2016, el estadounidense fue condenado a 15 años en una colonia penal, convirtiéndose en una de las penas más severas para este tipo de extranjeros, en Corea del Norte. En la sala, un chico se echó a llorar cuando oyó esa sentencia tan dura.
En relación con el incidente, el presidente Trump dijo: «La tragedia de Otto profundizó la determinación de mi administración para luchar por el destino de las personas inocentes, que son víctimas de los regímenes que no respetan el estado de derecho y la dignidad humana».
Durante una entrevista en la Oficina Oval, Trump dijo: «Esto es una vergüenza. ¿Cómo hemos permitido eso? Si hubiésemos puesto más esfuerzo para traerlo de vuelta antes, no habría sucedido así».
La secretaria de Estado, Rex Tillerson, dijo que los EE.UU. continuarán ejerciendo presión sobre Corea del Norte, en busca de la liberación de todos los presos políticos.
El muy conocido senador McCain dio un discurso diciendo: «Vamos a ser honestos. Esta tragedia de un ciudadano estadounidense, que fue asesinado por el régimen de Corea del Norte, nos recordó a todos los horrores que están ocurriendo en ese país. La población de Corea del Norte, durante los últimos 70 años, se ha agotado por hambre, condiciones de trabajo similares a la esclavitud, y el acoso por parte de las autoridades».
El forense de Hamilton, del distrito de Ohio, dijo que la familia Otto ha prohibido llevar a cabo una autopsia para determinar la verdadera causa de la muerte del joven. Desean enterrar a su hijo según la tradición cristiana, tan pronto como sea posible.
Los médicos que trataron a Otto en sus últimos días, informaron de una inspección sin revelar. Ya se había llevado a cabo una exploración del cuerpo, concluyendo que, en el último año de su vida, el joven no había recibido lesiones y mutilaciones graves.
El gobierno de Corea del Norte liberó a Otto Uormbir sólo después de que los médicos aseguraron que no tenía ninguna oportunidad de salir del coma. Resulta que el estudiante se llevó los detalles de su detención, y las técnicas de interrogatorio de los investigadores de RPDC, consigo a la tumba.
El padre de Uormbir, Fred, en una interacción con la prensa dijo: «No encuentro ninguna justificación para tal inhumanidad, por parte del régimen de Corea del Norte, en relación con mi hijo y los millones de otros presos. Doy las gracias a todos los amigos y familiares, que nos animaron con sus oraciones, y no nos dejaron volvernos locos con esta desgracia».
Una vez más, el hermético gobierno de Corea del Norte mostró su verdadera cara. Este caso es sólo uno de los muchos sucesos brutales ocurridos en ese pequeño país asiático.
Durante décadas, el brutal régimen ha matado a su propia población, y todo aparenta quedar en nada…
¡Esto no puede ser ignorado! La protesta pública debería forzar a los políticos a tomar ciertas medidas, a fin de dilucidar lo que realmente ocurre en las entrañas de Corea del Norte.
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